Viernes 20 de noviembre – Usar las cosas de Dios para el propio beneficio. – Jesús en el Templo

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Cristo, Tú eres el nuevo templo. Te encarnaste, pasaste por la cruz y resucitaste, todo por amor a los hombres, que convertimos el templo de nuestro espíritu en un lugar indigno a tu santa presencia. Concédeme la gracia de saber limpiar mi mente, mi voluntad, mi conciencia y mi comportamiento, para saber qué es lo que quieres de mí y cómo puedo amarte mejor en las circunstancias concretas de mi vida.

 

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Lucas 19, 45-48

Aquel día Jesús entró en el templo y comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban allí, diciéndoles: «Esta escrito: Mi casa es casa de oración; pero ustedes la han convertido en cueva de ladrones»

Jesús enseñaba todos los días en el templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los jefes del pueblo intentaban matarlo, pero no encontraban como hacerlo, nada, porque todo el pueblo estaba pendiente de sus palabras.

Palabra del Señor.

 

Reflexiona lo que Dios te dice en el Evangelio (te sugerimos leer esto que dijo el Papa)

Los explotadores, los comerciantes en el templo, explotan también el lugar sagrado de Dios para hacer negocios: cambian las monedas, venden los animales para el sacrificio, también entre ellos se vuelven como un sindicato para defender.

Esto no solo era tolerado, sino también permitido por los sacerdotes del templo. Son los que hacen de la religión un negocio. En la Biblia está la historia de los hijos de un sacerdote que empujaban a la gente a dar ofrendas y ganaban mucho, también de los pobres. Y Jesús dice: Mi casa será llamada casa de oración. Vosotros, sin embargo, la habéis convertido en una cueva de ladrones.

De este modo, la gente que iba en peregrinación allí a pedir la bendición del Señor, a hacer un sacrificio, era explotada. Los sacerdotes allí no enseñaban a rezar, no les daban catequesis… Era una cueva de ladrones. No sé si nos hará bien pensar si con nosotros ocurre algo parecido. No lo sé. Es utilizar las cosas de Dios por el propio beneficio. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 29 de mayo de 2015, en Santa Marta).

 

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

 

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Al terminar el día, voy hacer un balance para ver si estoy usando mis dones y talentos para glorificar a Dios o sólo para servirme a mí mismo. Si es así, mañana voy a esforzarme para poner esos dones al servicio de Dios.

 

«¿Quiénes son los rectos de corazón? Los que quieren lo que Dios quiere […]. No quieras torcer la voluntad de Dios para acomodarla a la tuya; corrige en cambio tu voluntad para acomodarla a la voluntad de Dios.»

(San Agustín, Comentarios sobre el Salmo 93)

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