Miércoles 16 de diciembre – Anunciar a Jesús, nuestra misión – Juan el Bautista

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Dios mío, te ofrezco esta meditación por todos mis parientes, especialmente por aquellos que están más alejados de tu gracia y de tu amor. Abre su corazón, y el mío, para que sepamos recibir a Jesús en la alegría, al descubrirlo y servirlo en los demás.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Lucas 7, 19-23

En aquel tiempo, Juan envió a dos de sus discípulos a preguntar a Jesús: «¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?». Cuando llegaron a donde estaba Jesús, le dijeron: «Juan el Bautista nos ha mandado a preguntarte si eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro».

En aquel momento, Jesús curó a muchos de varias enfermedades y dolencias y de espíritus malignos, y a muchos ciegos les concedió la vista. Después contestó a los enviados: «Vayan a contarle a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Dichoso el que no se escandalice de mí».

Palabra del Señor.

Reflexiona lo que Dios te dice en el Evangelio (te sugerimos leer esto que dijo el Papa).

Su vida [la de Juan el Bautista] comenzó a abajarse, a disminuir para que creciera el Señor, hasta anularse a sí mismo. Esta ha sido la etapa difícil de Juan, porque el Señor tenía un estilo que él no había imaginado, hasta tal punto que en el cárcel -porque estaba en la cárcel en este momento- sufrió no solo la oscuridad de la celda, sino la oscuridad del corazón: ‘Pero, ¿será Éste? ¿No me habré equivocado? Porque el Mesías tiene un estilo tan a mano… No se entiende…’ Y como era hombre de Dios, pide a sus discípulos ir donde Él a preguntar: ‘Pero, ¿eres Tú realmente o debemos esperar a otro?'»

La humillación de Juan es doble: la humillación de su muerte como precio de un capricho pero también la humillación de la oscuridad del alma. Juan ha sabido esperar a Jesús, que ha sabido discernir, ahora ve a Jesús lejos.

Esa promesa se ha alejado. Y termina solo. En la oscuridad, en la humillación. Se queda solo porque se ha destruido mucho para que el Señor creciera.

Juan ve que el Señor está lejos y él humillado, pero con el corazón en paz.(Cf Homilía de S.S. Francisco, 24 de junio de 2014, en Santa Marta).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

A través de mis palabras y mis actividades, hoy voy a trasmitir mi fe a todos aquellos que entren en contacto conmigo.

 

«Aparta los obstáculos, los temores que podrían retraer la voluntad del seguimiento de lo que dicta la razón.»

(Santo Tomás, Suma Teológica)

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