«Compartir desde nuestro interior aquello que nos hace ser lo que somos»

En septiembre de 2015 salió a la luz el proyecto Semillas de espiritualidad, un espacio virtual que busca ofrecer a los legionarios y miembros consagrados del Regnum Christi, artículos y materiales que ayuden a conceptualizar y profundizar cada vez más nuestro carisma y espiritualidad. A continuación presentamos la historia de cómo surgió esta publicación digital. El comité editorial está compuesto por el P. Michael Ryan, el P. Juan Carlos Ortega, Mario Olivieri, laico consagrado del Regnum Christi y Megan Houbeck, consagrada del Movimiento. Ofrecemos una entrevista para conocer cómo se ha gestado esta iniciativa.

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El P. Michael Ryan, L.C. cuenta que la idea empezó a fraguarse durante el Capítulo general extraordinario del 2014: «Me di cuenta de que había un cierto vacío en lo que respecta a nuestra espiritualidad, que se deja sentir especialmente entre los religiosos más jóvenes. Por otro lado sentí que la espiritualidad y el carisma estaban vivos en la vida de los legionarios y de los miembros del Regnum Christi». Recuerda que durante una reunión con los directores territoriales y los gobiernos generales de la Legión, los laicos consagrados y las consagradas en septiembre de 2012, el Card. Velasio De Paolis pidió que cada uno expresara qué significaban en su vida cristiana la Legión y el Regnum Christi. El P. Michael, resume así lo vivido durante ese momento: «Las personas expresaron su experiencia con gran sencillez, pero también con gran claridad y energía. Nadie dudaba de que habían encontrado a Cristo y habían sentido un llamado apostólico en la Legión y en el Movimiento. Esto me convenció de que podíamos ir a buscar y desarrollar nuestra espiritualidad a partir de lo que ya estaba sembrado en el campo. No éramos una organización vacía sin alma».

Mario Olivieri, laico consagrado del Regnum Christi, expresa también que el proyecto iba surgiendo a raíz de una necesidad palpable: «En reflexiones formales, en discusiones de pasillo o conversaciones de sobremesa, siempre quedaba en el tintero la necesidad de ir más allá de una expresión netamente canónica de un carisma. Era necesario llegar a un desarrollo amplio y a una expresión compartida de una experiencia espiritual común. Preguntas como: ¿Qué me hace vibrar? ¿Qué toca las cuerdas más profundas de mi corazón y me dice que éste es mi lugar?, surgen continuamente tanto en lo individual como en grupo».

Mario Olivieri durante un momento de convivencia en las reuniones de los gobiernos generales con la comisión de miembros de 1º y 2º grado del Regnum Christi que se llevó a cabo en Roma en marzo de 2014.

Mario Olivieri durante un momento de convivencia en las reuniones de los gobiernos generales con la comisión de miembros de 1º y 2º grado del Regnum Christi que se llevó a cabo en Roma en marzo de 2014.

También Megan Houbeck, consagrada del Regnum Christi, manifiesta: «Desde hace tiempo yo tenía la inquietud de profundizar en mi conocimiento de la vida espiritual, tanto para mi propia vida como para ayudar mejor a otras personas, y en estos últimos años he tenido la oportunidad de estudiar teología espiritual en el Ateneo Pontificio Regina Aspotolorum. Estos años no solo me han ofrecido un enriquecimiento de conocimientos, sino que además, al convivir con los legionarios en el Ateneo, he descubierto mejor lo que significa pertenecer a la misma familia».

A raíz de estas experiencias comunes, se buscó la manera de unir los esfuerzos de todos. No siempre fue fácil, como lo relata el P. Michael: «Le escribí a varios legionarios y a algunos consagrados y les pedí que escribieran sobre su experiencia, para conceptualizarla y tratar de ofrecerla a los demás. Muchos fueron bastante entusiastas, pero sólo unos pocos tuvieron el tiempo para escribir. Así que tuvimos que esperar y ser pacientes».

Durante ese tiempo, llegó a Roma el P. Juan Carlos Ortega, L.C. y viendo el trabajo que comenzaba a desarrollarse en la dirección general, el P. José Enrique Oyarzún, le presentó al P. Juan Carlos un proyecto previo que se había estado desarrollando sobre la espiritualidad del Movimiento. Desde el 2009 hasta su llegada a Roma, la Comisión para la Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal Española le había pedido al P. Juan Carlos que participara y coordinara un grupo de estudio y reflexión sobre la naturaleza de los movimientos y familias eclesiales, con el fin de buscar y ofrecer, desde las perspectivas teológica, canónica, pastoral y sociológica, posibles itinerarios de respuesta a las cuestiones todavía abiertas y no resueltas de estas nuevas realidades en la Iglesia.

El P. Juan Carlos describe que esta experiencia le ayudó en dos sentidos: por una parte «Contemplaba el Movimiento y descubría, con ilusión, cómo los consagrados, consagradas y legionarios vivimos con fidelidad nuestro carisma, a pesar de los años tan difíciles que Dios permitió en nuestra historia. Me di cuenta que mirando a mis hermanos y hermanas y hablando con ellos podemos encontrar ese carisma hecho vida»; por otra parte: «comprendí mejor el significado de comunión, lo que nosotros hemos llamado unidad y caridad. Los carismas institucionales y las cualidades personales, en su diversidad ayudaban a construir la reflexión, a descubrir cuál es el plan de Dios sobre este nuevo fenómeno eclesial que el Espíritu Santo ha inspirado. Se construía la opinión del otro con la propia visión; y cada uno se enriquecía, acogiendo la postura del otro, con la certeza en la fe de que todos han recibido el mismo Espíritu Santo».

Semillas de espiritualidad, como menciona Megan: «Pretende ser una plataforma para compartir lo que vayamos profundizando sobre lo que Dios ha puesto en nuestros corazones. Como el proyecto está apenas naciendo, sabemos que hay mucho por mejorar y creo que, con la ayuda de todos, será posible lograrlo poco a poco».

El P. Juan Carlos comenta: «Desearía que Semillas de espiritualidad fuera uno de los lugares donde todos puedan expresar matices del carisma recibido; y donde todos, con una lectura atenta y con corazón abierto, puedan conocer mejor el don de Dios que todos compartimos». Por su parte, Mario Olivieri añade: «Todos tenemos mucho que compartir de lo que hemos vivido, orado, estudiado y predicado, y que ha hecho tanto bien a muchos y a nosotros mismos, por lo que espero que a través de Semillas de espiritualidad, con sencillez y generosidad, compartamos y saquemos de nuestro interior aquello que nos hace ser lo que somos».

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