Oración por los Obispos

Martes 22 de marzo – La oración por nuestros obispos es una obligación de amor.

Martes Santo 

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, creo que la caridad es el alma de la santidad a la que me llamas, por eso, con la certeza de que me lo concederás, humildemente te suplico que enciendas en mí el fuego de tu amor divino para que pueda llevarlo a los demás. Concédeme amarte con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas mis fuerzas.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Juan 13, 21-33. 36-38

En aquel tiempo, cuando Jesús estaba a la mesa con sus discípulos, se conmovió profundamente y declaró: “Yo les aseguro que uno de ustedes me va a entregar”. Los discípulos se miraron perplejos unos a otros, porque no sabían de quién hablaba. Uno de ellos, al que Jesús tanto amaba, se hallaba reclinado a su derecha. Simón Pedro le hizo una seña y le preguntó: “¿De quién lo dice?”. Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó: “Señor, ¿quién es?”. Le contestó Jesús: “Aquel a quien yo le dé este trozo de pan, que voy a mojar”. Mojó el pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote; y tras el bocado, entró en él Satanás.

Jesús le dijo entonces a Judas: “Lo que tienes que hacer, hazlo pronto”. Pero ninguno de los comensales entendió a qué se refería; algunos supusieron que, como Judas tenía a su cargo la bolsa, Jesús le había encomendado comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el bocado, salió inmediatamente. Era de noche.

Una vez que Judas se fue, Jesús dijo: “Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo y pronto lo glorificará.

”Hijitos, todavía estaré un poco con ustedes. Me buscarán, pero como les dije a los judíos, así se lo digo a ustedes ahora: ‘A donde Yo voy, ustedes no pueden ir’ ”. Simón Pedro le dijo: “Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: «A donde yo voy no me puedes seguir ahora; me seguirás más tarde». Simón Pedro le dijo: “Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti”. Jesús le contestó: “¿Conque darás tu vida por mí? Yo te aseguro que no cantará el gallo, antes de que me hayas negado tres veces”.

Palabra del Señor.

Reflexiona lo que Dios te dice en el Evangelio (te sugerimos leer esto que dijo el Papa)

Hoy quiero invitaros a rezar por nosotros, obispos, porque también nosotros somos pecadores, también nosotros tenemos debilidades, también nosotros corremos el peligro de Judas: también él había sido elegido como columna.

Sí, también nosotros corremos el peligro de no rezar, de hacer algo que no es anunciar el Evangelio y expulsar los demonios. Por  eso hay que rezar para que los obispos sean lo que Jesús quería, y que todos nosotros demos testimonio de la resurrección de Jesús.

El pueblo de Dios reza por los obispos, en cada misa se reza por los obispos del lugar: se reza por Pedro, la cabeza del Colegio episcopal, y se reza por el obispo del lugar. Pero esto puede ser insuficiente: se dice el nombre por costumbre y se va adelante. Es importante rezar por el obispo con el corazón, pedir al Señor: «Señor, protege a mi obispo; protege a todos los obispos, y mándanos obispos que sean verdaderos testigos, obispos que recen y obispos que nos ayuden, con su predicación, a comprender el Evangelio, a estar seguros de que tú, Señor, estás vivo, estás entre nosotros».

Rezar por nuestros obispos: es una tarea de los fieles. En efecto, la Iglesia sin obispo no puede ir adelante. Por eso, entonces, la oración de todos nosotros por nuestros obispos es una obligación, pero una obligación de amor, una obligación de hijos para con el Padre, una obligación de hermanos, para que la familia permanezca unida en la confesión de Jesucristo, vivo y resucitado. (Cf Homilía de S.S. Francisco,  22 de enero de 2016, en Santa Marta).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Contactaré al párroco o a los encargados de la liturgia para ver la posibilidad de organizar una adoración al Santísimo para pedir por los obispos y todos los sacerdotes.

 

«Es preciso no sólo orar, sino orar como es debido y pedir lo que conviene.»

(Orígenes, Tratado sobre la oración)

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