Un paso más hacia la configuración canónica del Regnum Christi

Del 28 de junio al 1 de julio se celebró en Roma la 2ª reunión plenaria del Regnum Christi. Al concluir los trabajos el Director general agradece a todos por sus oraciones y comparte el trabajo realizado para ofrecer a la Comisión Central para la revisión del Estatuto General los principios que guíen su trabajo en esta 2a etapa del camino hacia la configuración canónica del Movimiento.

 

Prot. DG-RC 0255-2016

Clas. III.3.2

 

Roma, 2 de julio de 2016

A los miembros del Regnum Christi

 

Muy estimados en Jesucristo:

El día de ayer hemos concluido con una misa en la Sede de la Dirección general de las consagradas nuestra 2ª Reunión plenaria general que ha tenido lugar del 28 de junio al 1 de julio. Con estas líneas quiero agradecer a todos sus oraciones y el sostén que nos han brindado para poder buscar juntos lo que el Señor quiere para el Movimiento en este momento. Han sido días de diálogo intenso y franco, de escucha mutua y de atención al Señor, y también de comunión y convivencia.

La reunión plenaria general es uno de los órganos de participación previstos en el Marco para la colaboración. Se trata de un cuerpo consultivo compuesto por los tres directores generales de las ramas consagradas y sus consejos, los administradores generales y cinco miembros laicos del Regnum Christi. Su función es analizar los temas estratégicos de la misión evangelizadora del Movimiento. En esta ocasión contamos con la presencia del Asistente pontificio, el P. Gianfranco Ghirlanda S.J., casi todos los días de la plenaria.

El objetivo que nos hemos propuesto en esta Reunión plenaria ha sido ofrecer a la Comisión Central para la revisión de los Estatutos los principios que guíen su trabajo en la redacción de un borrador del Estatuto general. Para ello, hemos tomado como punto de partida las propuestas del Capítulo general, de las asambleas generales de las ramas consagradas y las conclusiones de la Convención internacional de laicos del Regnum Christi. También nos ha orientado la experiencia práctica de los territorios y del mismo Comité directivo general en estos dos años de vigencia del Marco para la colaboración.

Para ayudarnos en nuestro discernimiento, invitamos a representantes de cuatro realidades eclesiales que tienen en común con nosotros la realidad de un solo carisma que se expresa en formas de vida distintas. Nos acompañaron Nunzia Boccia, de la familia carismática del Murialdo; el P. Jacob Nampudakam, Superior general de los Palotinos y Asistente eclesiástico de la Unión del Apostolado Católico; Lucía Herrerías, presidente de la Fraternidad Misionera Verbum Dei; Luca Magri y Elisabetta Scomazzon del Movimiento de los Focolares.

Les pedimos que nos presentaran la misión e identidad de su realidad eclesial. Nos han explicaron su configuración canónica actual y el modo en que llegaron a ella, muchas veces a través de procesos difíciles que duraron incluso décadas. Finalmente nos compartieron las ventajas y desventajas que se siguen en la práctica de su forma asociativa actual, que no deja de presentar retos. Después hubo tiempo para preguntas con cada uno de ellos. Esto nos ayudó a todos a tomar renovada conciencia de que la configuración canónica es un instrumento y un medio, y no un fin en sí misma, y al realismo para recordar que no hay soluciones perfectas.

El miércoles 29, Salvatore Bonventre y el P. Rodrigo Ramírez, del Archivo histórico general, nos presentaron un estudio sobre los documentos que se refieren a la relación entre la Legión y el Movimiento Regnum Christi a lo largo de nuestra historia.

Acto seguido, empezamos a revisar el documento de trabajo aprobado por el Comité directivo general. Se hizo un trabajo por ramas para analizar el texto. Los días jueves y viernes tuvimos varias sesiones de puesta en común en las que expresamos con sinceridad el parecer de todos.

Durante la Reunión plenaria hemos confirmado que la Comisión central deberá seguir los siguientes principios fundamentales que brotan del Capítulo general, de las asambleas generales y la Convención internacional para preparar el borrador de Estatuto general en esta segunda etapa del proceso de redacción:

  1. Existe un carisma del Regnum Christi, don divino, que es vivido por distintas formas de vida.
  2. Cada rama del Regnum Christi tiene su propia identidad.
  3. Las ramas forman un único Movimiento Regnum Christi en el que comparten la espiritualidad y la misión.
  4. Este único Movimiento requiere una forma de gobierno adecuada.

Se ha pedido que el borrador de Estatuto general exprese la naturaleza, carisma, espiritualidad y misión comunes del Regnum Christi, así como la aportación esencial que hace cada forma de vida.

También se pide que el Estatuto establezca los órganos comunes de gobierno y participación que salvaguarden y promuevan el carisma, la comunión, la realización de la misión. Será necesario que la Comisión proponga en el borrador el tipo de autoridad de estos órganos (personal con consejo o colegiada), cómo se componen y cuáles son sus competencias a nivel general, territorial y local. Igualmente ha de ofrecer criterios de discernimiento para la misión común, la formación y los principios que favorezcan el buen gobierno y administración de las obras.

Una vez que la Comisión central termine el borrador, éste será ratificado por un Capítulo general y unas asambleas generales extraordinarios de las consagradas y de los laicos consagrados, convocados por la autoridad competente a norma de sus Constituciones o Estatutos. Después, se convocará una Asamblea general del Regnum Christi que presente los Estatutos generales a la aprobación de la Santa Sede. Las modalidades, que garanticen la participación de todas las ramas, y los tiempos para ello tenemos que determinarlos todavía. Se puede prever que ocurra durante el año 2018.

Está claro que los Estatutos generales son solamente un medio que nos impulse a vivir el ideal de santidad que brota del bautismo. Como saben, la ley de la Iglesia establece lo mínimo necesario para custodiar, desarrollar y expresar la comunión y el carisma. Cada miembro busca vivir lo que se establece en esas normas, pero añade aquello a lo que la gracia divina le impulsa para crecer en la vivencia de su vocación a la santidad.

Por este motivo, invito a todos a aprovechar estos meses para renovar nuestra gratitud y entusiasmo por el camino que el Señor nos ha propuesto para realizar nuestra vocación a la santidad y al apostolado. No dejemos de pedir al Señor que envíe su Espíritu para que podamos ser sus testigos en todo el mundo mientras seguimos recorriendo el camino de la redacción del Estatuto.

Suyo en Cristo,

P. Eduardo Robles-Gil, L.C.

Director general

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