Un solo corazón, una sola alma
Inicia curso 2016-2017 del Regnum Christi
Del 30 de agosto al 6 de septiembre del presente año, directores de sección, directores del ECYD, de apostolado, coordinadores locales de apostolado (CLAS) y reclutadores vocacionales de México, se reunieron en el Centro Cultural Interamericano de Tlalpan (CCI) y en la Universidad Anáhuac México, campus sur, para planear el inicio de curso 2016-2017.
Con el lema: “Un solo corazón y una sola alma”, los más de 200 sacerdotes, consagradas, laicos consagrados y hermanos legionarios, se integraron a las reuniones de trabajo para definir y conocer los criterios para el presente curso.
La consagrada Miriam de la Garza y el P. Rafael Pacaníns, L.C., delegados para el apostolado de los territorios de Monterrey y México respectivamente, fueron los responsables de coordinar estas reuniones.
Dentro de las principales reflexiones, se abordó el tema de la “Conversión Pastoral”, desde la óptica de Evangelii Gaudium del Papa Francisco. En esta Exhortación Apostólica, el Pontífice pide poner todos los medios para llegar a una conversión pastoral y misionera, que no se quede en una simple administración.
Se compartieron también unas recomendaciones finales tomadas de la carta del P. Eduardo Robles-Gil, L.C., del 17 de abril de 2016 sobre la comunión en el Regnum Christi, en donde pide que se promueva entre todos los miembros y distintas vocaciones, una cultura de comunicación que ayude al mutuo conocimiento y valoración de las personas y su misión. Todo con el fin de que se logre convertir al mayor número de bautizados en apóstoles para el Reino de Cristo.
Se vivieron momentos de auténtica fraternidad: el encuentro de sacerdotes, hermanos, consagradas y laicos consagrados de todo el País, demuestra la riqueza apostólica y la diversidad de vocaciones que conforman el Regnum Christi.
Estuvieron presentes también miembros del movimiento Regnum Christi que colaboran en la Administración Territorial y en la Oficina de Comunicación, quienes con gran celo apostólico contribuyen a que la misión del Movimiento sea posible y se puedan seguir formando apóstoles, todos en torno a Cristo y a María Santísima, con un solo corazón y una sola alma.