«Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador»
Peregrinación anual de la Prelatura Cancún-Chetumal a la Basílica de Guadalupe
“Hoy tenemos un motivo muy especial para entonar este canto de alabanza”, decía Mons. Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, L.C. en el marco de la peregrinación anual de la Prelatura de Cancún – Chetumal a la Basílica de Guadalupe, que se llevó a cabo el 25 de julio del presente y a la que se estima asistieron más de siete mil personas.
Con gratitud, júbilo y gran alegría, sacerdotes, diáconos, seminaristas, religiosos, religiosas y laicos acudieron a dar gracias por el don extraordinario del Seminario Mayor y por las numerosas vocaciones que les ha regalado Dios. Y de manera especial por la gracia y bendición de la ordenación diaconal del hermano Reineris Herazo Julio. Una valiosa vocación que llegó desde Colombia hace algunos años, y ya concluidos sus estudios, se ordenó el mismo día en la Basílica. “Gracias a Reineris, gracias a sus papás que siempre apoyaron su vocación, gracias por haber dicho sí a Dios nuestro Señor, para el servicio de Dios y de su Iglesia”, aseguró Mons. Elizondo.
“Dios nos manifiesta claramente su gran amor en este año de la Eucaristía en el que estamos celebrando los 500 años de la primera misa documentada, celebrada en territorio nacional. Dios ha mirado la humildad de su Prelatura y la ha querido cubrir con la sombra del Espíritu Santo, y regalarla con la concepción de nuevas vocaciones, prometedoras, tan esperadas, tan necesitadas para ella”, comentó el obispo de la Prelatura durante la celebración eucarística.
La visita a la Basílica de Guadalupe fue para dar gracias por el primer año del Seminario Mayor y presenciar la ordenación diaconal del hermano Reineris Herazo, pero también para renovar el compromiso generoso de seguir apoyando y sirviendo a la Iglesia.
La evangelización es una misión que toca a todos. Por ello, todos los asistentes oraron para que la Virgen Santísima los acerque a su Espíritu Santo, para que enamorados de Cristo y convencidos de la misión, puedan compartir la palabra de Dios con todos los hermanos.
Los peregrinos agradecieron a la Virgencita del Tepeyac, por su maternal y poderosa protección e intercesión. Y así como se dio cuenta en las bodas de Caná que no tenían vino y de que faltaban vocaciones y se compadeció de todos, oraron para que la Virgen presentara su súplica en todas las parroquias y capillas y su plegaria fuera escuchada.
Durante su estancia en la Basílica, los devotos viajeros miraron con cariño y confianza a la madre de Dios y le suplicaron que los mirara también con su gran ternura y los hiciera humildes pero eficaces, pidiéndole les enviara a la misión que les toca a cada uno.
La Prelatura de Cancún Chetumal agradeció a todos los asistentes que fueron desde Quintana Roo (Kantunilkin, Leona Vicarios, Isla Mujeres, Cancún, Playa del Carmen, Cozumel, Carrillo Puerto,Tulum, Bacalar, Chetumal, el Ingenio, Nicolás Bravo y todas las comunidades y parroquias que asistieron), a darle gracias a la Virgencita del Tepeyac, por tantas bendiciones recibidas de la madre del cielo y por disfrutar de un momento tan hermoso y solemne.