Domingo 1 de agosto de 2021 – El pan que sacia el alma.
San Alfonso María de Ligorio, obispo y doctor de la Iglesia
H. Iván Virgen, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, danos siempre de tu pan que da la vida.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 6, 24-35
En aquel tiempo, cuando la gente vio que en aquella parte del lago no estaban Jesús ni sus discípulos, se embarcaron y fueron a Cafarnaúm para buscar a Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo llegaste acá?» Jesús contesto: «Yo les aseguro que ustedes no me andan buscando por haber visto signos, sino por haber comido de aquellos panes hasta saciarse. No trabajen por ese alimento que se acaba, sino por el alimento que dura para la vida eterna, y que les dará el Hijo del hombre; porque a éste, el Padre Dios lo ha marcado con su sello».
Ellos le dijeron: «¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?» Respondió Jesús: «La obra que Dios consiste en que crean en aquel a quien él ha enviado». Entonces la gente le preguntó a Jesús: «¿Qué signos vas a realizar tú, para que lo veamos y podamos creerte? ¿Cuáles son tus obras? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Les dio a comer pan del cielo«.
Jesús les respondió: «Yo les aseguro: no fue Moisés quien les dio pan del cielo; es mi Padre quien les da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que baja del cielo y da vida al mundo». Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan». Jesús les contestó: «Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Jesús, en este Evangelio, da uno de sus discursos más polémicos. De hecho, después de este discurso, así llamado «Discurso Eucarístico», muchos de sus seguidores lo dejaron. Nuestro Señor dice palabras duras que no son fáciles de escuchar porque, en primer lugar, se manifiesta abiertamente como aquél a quien el Padre ha enviado del cielo; después, se declara como alguien superior a Moisés, quien era la figura principal en la religión judía; finalmente, Jesús dice palabras revolucionarias al decir que quien viene a Él jamás tendrá hambre o sed. El testimonio de Cristo sigue siendo polémico pues, ¿quién se atreve a creer que Dios se quedaría en un pedazo de pan?
Sólo quien ha probado la dulzura de Cristo presente en la Eucaristía puede afirmar con certeza que Él sacia el hambre y la sed. Sólo así se puede exclamar: «danos siempre de ese pan». Digamos a Jesús: Señor, danos de comer, sacia nuestra hambre, colma nuestra sed. Sabemos que Tú eres el Hijo de Dios y nos has amado a tal punto que quisiste convertirte en nuestro alimento. Abre nuestro entendimiento para verte presente en este pedazo de pan.
«Todos los días necesitamos de él, nuestro pan de cada día. Él es el pan de vida, que nos hace sentir como hijos amados y que alivia toda nuestra soledad y orfandad. Él es el pan del servicio: que partiéndose para hacerse nuestro siervo nos pide que nos sirvamos los unos a los otros. Padre, mientras nos das el pan de cada día, alimenta en nosotros el anhelo por nuestro hermano, la necesidad de servirlo.»
(Oración de S.S. Francisco, 31 de mayo de 2019).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Voy a buscar un momento para adorar a Jesús presente en la Eucaristía.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.