cosecha

Domingo 4 de agosto de 2019 – Jesús esperándome, Jesús mirándome, Jesús guiándome.

H. Pedro Cadena, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, gracias porque estás aquí para mí. Tú me conoces y sabes cuánto te necesito. Lléname a mí y a cada persona de tu Espíritu Santo, para que Tú vivas cada vez más en mí. María, mi buena madre, acompáñame en este ratito de oración.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 12, 13-21

En aquel tiempo, hallándose Jesús en medio de una multitud, un hombre le dijo: «Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia». Pero Jesús le contestó: «Amigo, ¿quién me ha puesto como juez en la distribución de herencias?».

Y dirigiéndose a la multitud, dijo: «Eviten toda clase de avaricia, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea».
Después les propuso esta parábola: Un hombre rico obtuvo una gran cosecha y se puso a pensar: ‘¿Qué haré, porque no tengo ya en dónde almacenar la cosecha? Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes para guardar ahí mi cosecha y todo lo que tengo. Entonces podré decirme: Ya tienes bienes acumulados para muchos años; descansa, come, bebe y date a la buena vida’. Pero Dios le dijo: ‘¡Insensato!’ Esta misma noche vas a morir. ¿Para quién serán todos tus bienes?’. Lo mismo le pasa al que amontona riquezas para sí mismo y no se hace rico de lo que vale ante Dios».
Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Maestro, dile a mi hermano… ¿Qué le quieres decir hoy a Jesús? ¿Una pregunta? ¿Una petición? En este momento de oración nos pasa como al hombre del Evangelio de hoy: Jesús centra en nosotros sus ojos y nos regala toda su atención. ¿Cómo es su mirada? ¿Cómo te recibe? ¿Cómo te escucha?
Hoy Jesús te espera con esa mirada de amor que te invita a confiar en Él, a abrirle tu alma y decirle lo que traes dentro. Dile: Maestro… Sabes que no se enojará ni te echará fuera, le digas lo que le digas. Jesús está verdaderamente interesado en tí y por eso te quiere acoger y escuchar con cariño, como al hombre de nuestro Evangelio, a quién le aconseja evitar toda clase de avaricia
Seguramente Jesús te va a responder con mucho amor, como hizo con ese hombre. Él sabe de verdad qué es mejor para tí. ¿Quieres escucharle? ¿Qué te está diciendo?

«Buscar al Señor, guardar su Palabra, tratar de responderle con la propia vida, crecer en las virtudes, eso hace fuertes los corazones de los jóvenes. Para eso hay que mantener la conexión con Jesús, estar en línea con Él, ya que no crecerás en la felicidad y en la santidad sólo con tus fuerzas y tu mente. Así como te preocupa no perder la conexión a Internet, cuida que esté activa tu conexión con el Señor, y eso significa no cortar el diálogo, escucharlo, contarle tus cosas, y cuando no sepas con claridad qué tendrías que hacer, preguntarle: “Jesús, ¿qué harías tú en mi lugar?”»
(S.S. Francisco, exhortación apostólica Cristo Vive, n. 158).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
-Hoy voy a visitar a Jesús, en la Eucaristia, para poder estar con Él, en silencio unos minutos, para dejar que me hable al corazón y agradecerle su amor.
-Si lo necesito voy a buscar una oportunidad de confesarme.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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