Un evento que nos entusiasma aún más para servir en nuestro ministerio en Tierra Santa
El 3 de junio, el Papa Francisco firmó el decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos donde la memoria litúrgica de María Magdalena pasa a ser celebrada como fiesta en toda la Iglesia. El decreto fue publicado el 10 de junio.
Platicamos con el P. Juan Solana, director del Instituto Pontificio Notre Dame de Jerusalén, y del Centro Magdala. El P. Juan ha estado trabajando arduamente sacando adelante un proyecto para peregrinos en Tierra Santa, que servirá incluso para fomentar el diálogo interreligioso y también para concientizar sobre la dignidad de la mujer según el modelo de María Magdalena.
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P. Juan, ¿cómo recibió la noticia del decreto sobre la fiesta litúrgica de María Magdalena?
Dios nos ha sorprendido una vez más. El Centro Magdala ha estado rodeado por un rosario de eventos providenciales, y esto último es una pieza tan importante como inesperada. Como dices, el Vaticano publicó un decreto a través de la Congregación del Culto Divino y la disciplina de los sacramentos, en el que por deseo del Santo Padre Francisco el recuerdo de Santa María Magdalena, celebrado el 22 de julio como memoria litúrgica, se eleva al grado de FIESTA para toda la iglesia universal, subrayando así que quiere concederle el mismo rango que a los apóstoles.
Pareciera que la noticia, en sí, se difuminó el mismo día en que fue anunciada. Sin embargo, Ud. lo ve como algo providencial. ¿Por qué es tan importante para el Centro Magdala?
La noticia quizá ocupó un angulito del mundo informático, pero para nosotros es una gran noticia y una gran alegría: haciendo esto el Papa pretende que la figura de esta gran mujer: seguidora y discípula de Jesucristo, que lo acompañó al pie de la cruz, que lo buscó cuando lo imaginaba en la tumba y que lo encontró resucitado –y ella fue la primera persona en verlo y escucharlo resucitado– sea considerada con mayor profundidad en la vida de la iglesia.
En concreto, la importancia la vemos en…
Mons. Arthur Roche, secretario de dicha congregación, ha enumerado tres elementos para esta decisión pontificia: subrayar el papel y la dignidad de la mujer en el mundo y en la Iglesia; insistir en la evangelización, de la que ella fue de algún modo la iniciadora, pues fue la primera que llevó el mensaje de la resurrección, hasta ser llamada por Santo Tomás de Aquino la “Apóstola de los Apóstoles”; y, finalmente, el Papa ha querido hacer esto en el contexto del Año de la Misericordia, porque María Magdalena expresa una relación especial con el amor misericordioso de Dios en Jesucristo.
Con esta nueva fiesta, la iglesia tendrá una intercesora especial en estos tres campos tan urgentes en el mundo actual: defender a la mujer en su dignidad y concederle el puesto que le pertenece en la edificación tanto de la sociedad civil, como de la vida eclesial; continuar y profundizar el proceso de la Nueva Evangelización, y, experimentar, aún más si es posible, el amor misericordioso de Dios, que busca a cada alma, a cada vida, a cada persona, para acompañarla en su peregrinar por este mundo y acercarla a Él en la eternidad.
¿Cómo impulsa esto al Centro Magdala?
El 10 de junio, día en que se dio a conocer la noticia, también fue el día en que recordamos el décimo aniversario de la primera Misa celebrada en el Centro Magdala con la presencia de los primeros y principales bienhechores, y que tuvo lugar en ese año en la víspera de la Solemnidad de la Santísima Trinidad. En aquella ocasión contamos con la presencia excepcional de Don Antonino Fernández, a cuya fe y generosidad Magdala debe su existencia.
Todo esto yo lo veo como un espaldarazo del Santo Padre que nos invita a seguir adelante. Magdala concluyó hace dos años su primera fase, que consistió en la inauguración del parque arqueológico y la dedicación de la Iglesia, y ahora está embarcada en la segunda fase, especialmente centrada en la construcción del Campus o casa de acogida, que nos servirá para hospedar a los peregrinos, y para llevar adelante los programas propios de nuestro mensaje, una vez más subrayados, aunque no de modo exclusivo, por la decisión del Santo Padre: la mujer, la proclamación del Reino de Dios y la misericordia.
Para los que hemos estado envueltos en este proyecto desde el inicio, este evento es un punto más de una figura preciosa, guiada y bendecida por Dios a través de su Providencia, y que nos entusiasma aún más para seguir adelante y para servir en este ministerio de la Tierra Santa tan hermoso y tan necesario.
P. Juan, ¿en qué les afecta a ustedes directamente esta decisión del Papa sobre la veneración de María Magdalena?
A Santa María Magdalena hay que proponerla de un modo nuevo, y para nosotros aquí tiene un efecto de mayor responsabilidad por el proyecto que estamos llevando que nos obliga a cuidar, preservar y ofrecer al mundo su pueblo natal, Magdala, escenario de la vida de esta mujer excepcional, y muy probablemente, lugar donde encontró a Jesucristo por primera vez. En este contexto, el continuar con las excavaciones arqueológicas y preservar el lugar lo mejor posible, es un deber irrenunciable y un gran campo de oportunidades. María Magdalena todavía tiene mucho qué decirnos sobre la evangelización y el papel de la mujer en la Iglesia.
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