Fülöp Csernus, colaborador del Regnum Christi: «Vi a Jesús en ellos»
A finales de octubre, el equipo de Juventud Misionera de Madrid dio el pistoletazo de inicio al apostolado Cristo de la calle para 2018-19. Un grupo de varias nacionalidades se juntó en la parroquia de El Carmen, en Sol, para preparar el kit que luego se repartió a las personas sin techo de Madrid, y tener Misa juntos. Dos de los jóvenes que participaron en el apostolado son colaboradores del Regnum Christi en Irlanda: Will Mathews, de Louisiana, y Fülöp Csernus, de Hungría, y compartieron recientemente para Lo+RC lo que experimentaron en su visita.
Fülöp Csernus
Fui a las misiones urbanas de Cristo de la calle porque un consagrado del Regnum Christi me invitó a ir el fin de semana que estuve de visita en Madrid. No tenía expectativas de nada porque no conocía de que se trataba la actividad, sin embargo me quedé asombrado de lo felices que se pusieron las personas de la calle después de que habláramos con ellos. Antes de ir a este apostolado no tenía idea de que en la calle hay personas de muchísimas nacionalidades diferentes. El momento en el que rezamos juntos fue para mí la mejor parte de la misión porque fue el momento en el que vi a Jesús en en las personas. Me gustaría que otros puedan participar del apostolado, pero tengo solo un consejo para dar: es más fácil si hablas español.
Will Mathews
Soy colaborador del Regnum Christi y fui a Cristo de la calle para acompañar a otros miembros del movimiento en el apostolado y para conocer a las personas sin techo que vi los días anteriores en mi visita a Madrid. No tenía expectativas en esta misión porque soy consciente de que si estás abierto cualquier cosa puede pasar. Bueno, puedo decir que sí esperaba ser sorprendido, y eso fue lo que pasó.
Aprendí que nunca sabes lo que pasa en la vida de otras personas. Todas las personas con las que me encontré tienen una historia larga que les llevó a donde están ahora. También volví a descubrir que «no solo de pan vive el hombre», porque casi todas las personas a las que ayudamos querían más que solo comida, querían a alguien con quien hablar. Me sentí especialmente transformado por un hombre de Turquía que, a pesar de tener hambre, no aceptó nuestra comida porque es musulmán y no comía jamón. Él llegó a Europa en busca de trabajo hace 15 años, ahora él está tratando de regresar con su familia. Él sacrificó tantas cosas aunque eso implicara no obtener beneficios en corto tiempo.
Definitivamente recomendaría a los jóvenes a participar de Cristo de la calle. Puede ser un poco raro al principio pero estoy muy contento de haber podido experimentarlo y me imagino que cualquiera estaría igual de contento que yo. Es una misión muy enriquecedora.