«Mucha gente pequeña, haciendo cosas pequeñas, podemos cambiar el mundo»
Volvieron esta semana a España los 19 jóvenes de la Universidad Francisco de Vitoria que han inaugurado otro verano misionero en Argentina. La misión fue realizada en el distrito de Ciudad Oculta, llamada así porque se tapió con motivo del Mundial de Fútbol de 1978 que acogió el país.
Ángela Herrero, Alejandra Barrenechea y Alejandro Carballo, que trabajan en Extensión Universitaria en la UFV, han contado a Lo+RC algunos detalles que transcribimos a continuación.
Los dividieron en tres proyectos distintos
El distrito de Zárate fue el destino de uno de los grupos, que ayudó a las Misioneras de la Caridad en la atención a mujeres discapacitadas, mientras que los dos restantes hicieron la misión en la parroquia de San Diego y en el Proyecto Cielo, cerca de Villa Misera, un lugar que Alejandro, sin entrar en detalle, confirma que tiene un nombre que se corresponde con la realidad.
Limpiar, ponerse el delantal y cocinar, bailar, jugar a la comba o juegos de mesa, escuchar y acompañar son algunos de los verbos que estos tres jóvenes han empleado para describirnos sus trabajos diarios.
Pero lo primero en lo que coinciden Ángela y Alejandra es en la misión interna y el valor de los momentos compartidos entre misioneros. «Nos hemos enriquecido entre todos», dice Ángela. «Los momentos de compartir han sido conocer el corazón de todos», añade Alejandra.
Algunas anécdotas de la misión
Lo+RC pidió a ambas que rescaten alguna anécdota de la misión. Ángela: «Nos pidieron en la parroquia hacer las adoraciones eucarísticas y me decían: ‘Pero, ¿me va a gustar?’, y yo sólo les podía contestar: ‘Pruébalo’. Luego, veías gente llorar, reencontrarse con Dios, disfrutar».
Alejandra, por su parte, cuenta que un día decoraron la casa de las hermanas de la Madre Teresa y nos explica la historia que hay detrás de una frase que ha quedado como huella de este año: «Mucha gente pequeña, haciendo cosas pequeñas, podemos cambiar el mundo», cita del poeta uruguayo Eduardo Galeano. «Es una frase que vimos en redes sociales que estaba en una farola en Argentina y estuvimos de acuerdo en ponerla porque era, en el fondo, lo que estuvimos haciendo».
Tuvieron también momentos para conocer Argentina, acompañados por el P. Justo Gómez, LC, Fernando Viñado, vicerrector de la UFV, Pilar Jiménez, de BetheChange, y Daniel De la Rosa, director del VAS de la UFV. Uno de ellos consistió en una visita a la Universidad Católica de Argentina (UCA) y un encuentro con universitarios locales que les hicieron de guías.
Una canción y traído una frase
Los tres jóvenes le pondrían una banda sonora y una frase a su estancia en Argentina. Para Ángela, se trata de «El rey de mi vida», porque «todos la cantábamos» y se queda con una de las citas de Santa Teresa de Calcuta: «Si no vives para servir, no sirves para vivir».
Alejandro apuesta por «El canto del loco» y su canción «Hoy quiero aprender». Nos explica que el grupo la compuso en un hospital de una de las villas del complejo de Ciudad Oculta en 2009. «Mis misiones han sido descubrir la gracia que Dios me ha dado y ponerla en juego», resume.
Por último, Alejandra se queda con la frase que ayudó a pintar en la casa de las hermanas, pero añade: «Han sido abrir el corazón». Su canción:«Enciéndeme».