enemigos amor cristiano

Jueves 13 de septiembre de 2018 – ¿Amar a Quién…?

San Juan Crisóstomo, obispo y doctor de la Iglesia

H. Alexis Montiel, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Permíteme acercarme a Ti, Señor, no pensando en un Dios lejano, sino en un Padre en el que me puedo abandonar con la confianza de un niño.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 6, 27-38
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los aborrecen, bendigan a quienes los maldicen y oren por quienes los difaman. Al que te golpee en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite el manto, déjalo llevarse también la túnica. Al que te pida, dale; y al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.
Traten a los demás como quieran que los traten a ustedes; porque si aman sólo a los que los aman, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores aman a quienes los aman. Si hacen el bien sólo a los que les hacen el bien, ¿qué tiene de extraordinario? Lo mismo hacen los pecadores. Si prestan solamente cuando esperan cobrar, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores prestan a otros pecadores, con la intención de cobrárselo después.
Ustedes, en cambio, amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar recompensa. Así tendrán un gran premio y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno hasta con los malos y los ingratos. Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso.
No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den y se les dará: recibirán una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica. Porque son la misma medida con que midan, serán medidos”.
Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Señor, no te entiendo. ¿Acaso no te das cuenta que hay veces que la gente no te ama, y por eso soy su enemigo, porque soy cristiano y pienso diferente a ellos? ¿Cómo es que ahora me pides que los ame? ¿Es que realmente te aman sin saberlo? ¿Qué es lo que ocurre?
Claro, Señor, muchos pensamos de esta forma, algunos siendo simplemente buenos, otros que sí van a misa, otros con una u otra devoción, comprometidos con la iglesia… pero siempre nos llega la tentación de no amar, e inclusive odiar o guardar rencor contra los enemigos de la fe, que se terminan convirtiendo en nuestros enemigos.
Ante tanta confusión la respuesta más acertada nos la das, Señor, con el santo de hoy. San Juan Crisóstomo dijo que el amor que no se fundamenta en Cristo, es incapaz de amar a quien nos hace el mal. «Por el contrario, el amor que tiene en Cristo su causa y fundamento resulta firme y duradero. Nada puede disolverlo, ni las difamaciones, ni los peligros, ni siquiera la amenaza de muerte. Quien tiene en sí amor cristiano no deja nunca de amar a su prójimo, no importa cuántas cosas desagradables experimente por su causa, porque no se deja influir por sus pasiones, sino que se inspira en el Amor, en el mismo Cristo.» Está claro, no es que será más fácil amar a cuantos nos odian, sin embargo, seremos verdaderamente conscientes de lo que significa ese amor, que no es un amor falso, plástico o sin sentido, sino el verdadero amor en el que somos llamados a la plenitud, que trasciende toda barrera.
Pidamos a la Virgen que nos dé la capacidad de amar, de donarnos, de dar todo lo que Dios nos pide y amar, como Él nos ha amado.

«El amor al prójimo corresponde al mandato y al ejemplo de Cristo si se funda sobre un verdadero amor hacia Dios. Es así posible para el cristiano, a través de su dedicación, que haga experimentar a los demás la ternura procedente del Padre celestial. Para dar amor a los hermanos, hace falta, en cambio, sacarlo del horno de la caridad divina, mediante la oración, la escucha de la Palabra de Dios y el sustento de la santa Eucaristía. Con estas referencias espirituales, es posible obrar en la lógica de la gratuidad y del servicio.»
(Homilía de S.S. Francisco, 25 de septiembre de 2017).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Buscar en este día a un compañero de trabajo o de universidad, o a un familiar que no haya tratado bien, y pedirle disculpas.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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