Jueves 16 de abril de 2020 – Se hace presente cuando hay comunidad.

H. Erick Flores L.C.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Dios Padre, invocamos humildemente que me des la fuerza y valentía para dejar de lado todo con tal de encontrarme contigo. Necesito escuchar tu voz para encontrar la paz que sólo Tú me puedes dar. ¡Señor, aumenta mi fe!

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Lucas 24, 35-48

Cuando los dos discípulos regresaron de Emaús y llegaron al sitio donde estaban reunidos los apóstoles, les contaron lo que les había pasado en el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.

Mientras hablaban de esas cosas, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz esté con ustedes». Ellos desconcertados y llenos de temor, creían ver un fantasma. Pero él les dijo: «No teman; soy yo. ¿Por qué se espantan? ¿Por qué surgen dudas en su interior? Miren mis manos y mis pies. Soy yo en persona. Tóquenme y convénzanse: un fantasma no tiene ni carne ni huesos, como ven que tengo yo». Y les mostró las manos y los pies. Pero como ellos no acababan de creer de pura alegría y seguían atónitos, les dijo: «¿Tienen aquí algo de comer?». Le ofrecieron un trozo de pescado asado; él lo tomó y se puso a comer delante de ellos.

Después les dijo: «Lo que ha sucedido es aquello de que les hablaba yo, cuando aún estaba con ustedes: que tenía que cumplirse todo lo que estaba escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos».

Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras y les dijo: «Está escrito que el Mesías tenía que padecer y había de resucitar de entre los muertos al tercer día, y que en su nombre se había de predicar a todas las naciones, comenzando por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de esto».

Palabra del Señor. 

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Al principio del Evangelio leemos que hay dos discípulos. Ellos están tristes por la muerte del Maestro y piensan que ya no tienen más lecciones por recibir, cuando Dios nos da tantas lecciones de vida en lo cotidiano. Cristo se hace presente cuando hay comunidad por lo que hay que ir siempre acompañados en la vida. Luego, el saber que Cristo hoy está vivo y presente en nuestras vidas, nos impulsa a dar unas palabras de alegría y consuelo.

Detengámonos a reflexionar acerca de la necesidad en cada uno de nosotros de recibir un consuelo, pero sólo si vemos el consuelo de Dios en cada una de nuestras vidas, seremos capaces de consolar al hermano. Tú y yo tantas veces pasamos tristezas, miedos y fracasos y compartirlo con otros, ayuda, pero el verdadero ánimo, el cual será como una fuente de vida, es recibir el consuelo de Dios. Por tanto, hay que estar acompañados en los momentos de las pruebas y, luego, pedir luz y fe para ver a Cristo que está a nuestro lado.

La presencia de Dios nos puede asustar por los prejuicios que tenemos, sin embargo, de Él salen las palabras «No teman, Soy yo en persona…» Pero antes dice: «La paz esté con ustedes» Dios sabe que todos los días pasamos tormentas, sea porque sentimos que no somos lo suficientemente buenos como deberíamos, sea porque no sentimos que cumplimos con nuestras responsabilidades…Dios quiere de sus hijos la paz. La paz, en parte, se encuentra cuando estamos unidos en familia, en comunidad. Así pues, unidos a los nuestros, estaremos seguros y con nuestros hermanos en la fe encontraremos el rostro del Cristo resucitado.

«La experiencia que vivieron los discípulos de Emaús los empujó de modo irresistible a ponerse de nuevo en camino, a pesar de haber recorrido once kilómetros. Está oscureciendo, pero ya no tienen miedo de caminar de noche, pues es Cristo quien ilumina su vida. También nosotros, un día, encontramos al Señor en el camino de nuestra vida. Como los discípulos de Emaús, fuimos llamados para llevar la luz de Cristo en la noche del mundo. Ustedes, queridos jóvenes, están llamados a ser la luz en la obscuridad de la noche de tantos compañeros que aún no conocen la alegría de la vida nueva en Jesús.»

(Homilía de S.S. Francisco, 22 de junio de 2019).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Buscar trae la paz a quienes me rodean dando las gracias.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!

 

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

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