escribir grandes poesías

Jueves 17 de junio de 2021 – Dios, mi padre.

H. Francisco J. Posada, L.C.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

 

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, sé que me conoces mejor que nadie y que nunca me dejas solo. Dame la gracia de conocerte también más a Ti para que no tenga el remordimiento de que te conocí tarde. Te pido que me ayudes a demostrarte mi amor y poner todo mi esfuerzo en seguir, día a día, tu camino.

 

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 6, 7-15

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando ustedes hagan oración, no hablen mucho, como los paganos, que se imaginan que a fuerza de mucho hablar serán escuchados. No los imiten, porque el Padre sabe lo que les hace falta, antes de que se lo pidan. Ustedes pues, oren así:

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.

Si ustedes perdonan las faltas a los hombres, también a ustedes los perdonará el Padre celestial. Pero si ustedes no perdonan a los hombres, tampoco el Padre les perdonará a ustedes sus faltas”.

Palabra del Señor.

 

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

No es necesario escribir grandes poesías para hablar con Dios. Él es simple y, como buen padre, está feliz con que sus hijos e hijas le hablen desde el corazón. No hace falta pensar que hablando mucho Dios nos escuchará mejor, tengamos presente que Dios quiere escuchar lo que traemos en el corazón. Es movidos por el amor que nos acercamos a Dios para pedir cosas y hablarle de nuestra vida.

El solo hecho de decirle la palabra mágica de cinco letras le mueve el corazón. Recordemos la primera vez que nuestros hijos nos dijeron papá o mamá, que escuchamos las primeras palabras de un hermano pequeño, o de los hijos de alguien conocido. Dios es un padre tan verdadero como los que nos encontramos en casa y por el camino, nunca hay que olvidar esta gran verdad de nuestra fe. Como niños pequeños podemos hablar mucho con Dios sin perder de vista que Él ya nos conoce, no es un Dios abstracto o lejano, sino que es simplemente nuestro Padre.

El Padre Nuestro es una de las oraciones básicas de nuestra fe cristiana, es parte del Rosario, lo rezamos en la misa, es una oración que compartimos con otros cristianos. San Ignacio la recomienda para terminar sus meditaciones y contemplaciones de la vida del Señor, etc.; es una oración que está presente siempre.

Una de las cosas que más llama la atención es que todo el que la reza llama a Dios «padre». Esto implica que los que invocan a Dios de esta manera son hermanos todos. Este testimonio de unidad es algo muy fuerte por lo que todo el que conoce este pequeño hecho, ve que en Dios podemos encontrar un camino a la unidad en un mundo fragmentado, que busca el individualismo sobre todas las cosas, que resalta las divisiones, etc. ¡Cuánto bien hace ser un apóstol de la unidad!

«No es necesario caer en la soberbia de despreciar la oración vocal. Es la oración de los sencillos, la que nos ha enseñado Jesús: Padre nuestro, que está en los cielos… Las palabras que pronunciamos nos toman de la mano; en algunos momentos devuelven el sabor, despiertan hasta el corazón más adormecido; despiertan sentimientos de los que habíamos perdido la memoria, y nos llevan de la mano hacia la experiencia de Dios. Y sobre todo son las únicas, de forma segura, que dirigen a Dios las preguntas que Él quiere escuchar. Jesús no nos ha dejado en la niebla. Nos ha dicho: “¡Vosotros, cuando recéis, decid así!”. Y ha enseñado la oración del Padre Nuestro.»

(Audiencia de S.S. Francisco, 21 de abril de 2021).

 

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

 

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Rezar tres padres nuestros por todos los jóvenes, para que lleguen a ser padres cariñosos y protectores, como lo es Dios.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

 

¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!

 

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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