Jueves 20 de abril de 2023 – «De la tierra al cielo»
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
¿De dónde vengo en este momento? ¿Qué es lo que quiero hacer ahora? ¿Ante quién voy a pasar este rato de oración? Me presento ante ti Señor, con toda mi realidad, con toda mi persona, ¡despierta mi espíritu! Para que se encuentre con el Tuyo y pueda hacer en esta oración, una experiencia de cielo.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 3, 31-36
El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica la veracidad de Dios. El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
“El que viene de lo alto está por encima de todos”. Te escucho y me haces mirar hacia arriba, pero no me siento menos. Levantando la mirada me encuentro el cielo, algo grande y maravilloso y mi corazón tiende a ir allí. Yo soy de la tierra, vivo en este mundo, me consumen las preocupaciones de este mundo, los trabajos y compromisos que me impone la vida misma, pero sé que estamos llamados a ser también del cielo.
¿Y quién puede imaginarse el cielo? “En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, yo se lo habría dicho a ustedes, porque voy a prepararles un lugar. Cuando me vaya y les prepare un lugar, volveré y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. Y ya saben el camino para llegar al lugar a donde voy”.
¡El cielo será estar en el mismo lugar donde vive Dios! Llegar a su casa, a su morada, ¡a la nueva creación!
“Y ya saben el camino”. ¿Ya sé realmente cuál es el camino? ¿Vivo cada día con la ruta en mano para encaminarme hacia el cielo?
Pero no ha querido Dios dejarnos sin probar pedacitos de cielo en esta tierra. Si el cielo es estar con Jesús, la Eucaristía se convierte en lugar de cielo, cada comunión es acoger el mismo cielo en el corazón.
Sí, camino al cielo, llevando en mi corazón el mismo cielo, la presencia y compañía de Jesús en mi corazón.
«Nosotros caminamos hacia un encuentro: el encuentro definitivo con Jesús. Y así el cielo es el encuentro con Jesús y nosotros preparamos este encuentro con los encuentros que hacemos en el camino de la vida del Señor. Pero el encuentro definitivo, pleno, que nos hará disfrutar para toda la vida —como hemos rezado en la oración de colecta— será siempre con Jesús: un encuentro cara a cara. Porque Jesús, Dios y hombre, Jesús, en cuerpo y alma nos espera». (S.S. Francisco, Tuit del 31 de mayo de 2013).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Buscar un momento del día o de la semana para estar un rato ante la Eucaristía y dejar que Cristo me hable del cielo y de la ruta al cielo para mí y para compartir con los demás.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.