Jueves 23 de junio de 2022 – «Obrar como hijos»
Héctor Cortés Reyes, LC
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor Jesús, me pongo en tu presencia en este día, quiero decirte que te amo. A pesar de todos mis errores y debilidades quiero amarte, quiero entregarme a ti; y con fe sé que Tú quieres también recibir mi amor. Ayúdame en este día para que pueda seguirte más de cerca y no permitas que me separe de ti.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 7, 21-29
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’ entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Aquel día muchos dirán: ‘Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?’. Yo entonces les declararé: ‘Nunca os he conocido. Alejaos de mí, malvados’. El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
La fe y las obras van unidas, éste es uno de los mensajes que nos deja el Evangelio de hoy. Jesús afirma que las personas dirán “Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?”. Lo cual indica que estas personas no desconocían a Jesús, todo lo contrario, creían que Él era el Hijo de Dios, pues lo reconocen como Señor, e incluso realizaban milagros en su nombre. Entonces, si eran buenas personas, ¿por qué no pueden entrar al Reino de los Cielos? Porque desde la perspectiva de la fe no basta solo con ser buenas personas, hay que ir más alto, hay que ser santos.
La llamada que Jesús nos hace es a la santidad, o sea a la unión con Dios. ¿Qué es la santidad sino dejar que Dios obre en nosotros? No son nuestras palabras, no son nuestras obras, sino ser instrumentos de Dios para transmitir su amor a los demás. Dejar que su gracia nos posea para transmitirlo a Él.
Esa es la roca solida de la que nos habla Jesús, en la cual, nuestra oración cobra sentido y no son simplemente palabras al aire y no son simplemente obras filantrópicas. Sino es el obrar de los hijos de Dios.
«Muchas veces me encontré con gente no mala, gente buena, pero que es víctima de esta manía de la cristiandad de las apariencias. Gente que de sí misma dice “Soy de una familia muy católica; soy miembro de esa asociación y también bienhechor de aquella otra”. Pero, la verdadera pregunta que hay que plantear a estas personas es: “Dime, ¿tu vida está fundada en Jesús? ¿dónde está tu esperanza? ¿en esa roca o en estas pertenencias?” Por eso la importancia de estar fundado sobre la roca. Por lo demás, hemos visto a muchos cristianos de apariencias que caen ante la primera tentación» (S.S. Francisco, 4 de diciembre de 2014).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Pediré a Dios me enseñe a buscar y amar su gracia.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.