Jesús es el pan de vida

Jueves 3 de junio de 2021 – Gracias, Señor, ¡por quedarte!

El Cuerpo y la Sangre de Cristo

H. Luis Felipe Copete, L.C.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

 

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor Jesús, en este momento me pongo ante tu presencia. Te ruego que, por favor, mandes tu Santo Espíritu sobre mí para que aumente mi fe, mi esperanza y mi caridad. Dame la gracia de escuchar tu voz y de guardarla en mi corazón, para después poner tu palabra en práctica. Ayúdame a permanecer cerca de Ti para gozar siempre de tu amor y de tu misericordia. Amén.

 

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Marcos 14, 12-16. 22-26

El primer día de la fiesta de los panes Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le preguntaron a Jesús sus discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?» Él les dijo a dos de ellos: «Vayan a la ciudad, encontrarán a un hombre que lleva un cántaro de agua; síganlo y díganle al dueño de la casa en donde entre: «El Maestro manda preguntar: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?”.  Él les enseñará una sala en el piso de arriba, arreglada con divanes. Prepárennos allí la cena».  Los discípulos se fueron, llegaron a la ciudad, encontraron lo que Jesús les había dicho y prepararon la cena de Pascua.

Mientras cenaban, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, a sus discípulos diciendo: «Tomen: esto es mi cuerpo». Y tomando en sus manos una copa, de vino, pronunció la acción de gracias, se la dio, todos bebieron y les dijo: «Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, que se derramará por todos. Yo les aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios».

Después de cantar el salmo, salieron hacia el monte de los Olivos.

Palabra del Señor.

 

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

En este pasaje evangélico se puede ver cómo los discípulos le preguntan a Jesús dónde quiere celebrar la pascua. En este día, y por el resto de tu vida, Jesús quiere celebrar la pascua contigo en tu corazón. Si le preguntas a Jesús exactamente la misma pregunta que sus discípulos le hicieron, no hay duda alguna, de que Él te responderá: Quiero celebrar la pascua contigo y quiero que prepares tu corazón para ello, pues estoy a la puerta y llamo, esperando a que me abras para cenar contigo. (Ap. 3. 20)

Hace más de 60 días se ha celebrado la Semana Santa, semana donde se ve cómo Jesús se entrega para salvar a la humanidad. Hoy, se festeja el Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor. Cuerpo que fue inmolado a causa de nuestros pecados, y cuerpo que Jesús, sin interés alguno, nos entrega para que lo podamos recibir en la santa Eucaristía. Si comemos de este pan, de su cuerpo, viviremos para siempre. Jesús es el pan de vida, es aquel Dios que se hace pequeño, que se hace vulnerable, primero como un bebé, para luego dar su vida por nosotros y quedarse en la forma del pan para estar con nosotros de manera sacramental hasta el final de los días. ¿Qué otra persona ha hecho esto por ti?

Señor Jesús, Tú me conoces muy bien. Sabes perfectamente lo que hay en mi corazón y aun así estás ahí, a la puerta, esperando a que yo te abra. Dame la gracia de preparar esta cena como Tú quieres que la prepare; ayúdame a preparar mi corazón para dejarte entra; ayúdame a sacar todo egoísmo, toda falta de perdón, todo aquello que me impide recibirte tal y como Tú mereces. Pues, aunque soy yo quien te necesita, eres Tú el que está afuera mendigando mi amor. Permite recibirte en la comunión como Tú te lo mereces. ¡Gracias Señor por el don de tu Cuerpo y de tu Sangre en la Eucaristía! Amén.

«Jesús nos prepara un puesto aquí abajo, porque la Eucaristía es el corazón palpitante de la Iglesia, la genera y regenera, la reúne y le da fuerza. Pero la Eucaristía nos prepara también un puesto arriba, en la eternidad, porque es el Pan del cielo. Viene de allí, es la única materia en esta tierra que sabe realmente a eternidad. Es el pan del futuro, que ya nos hace pregustar un futuro infinitamente más grande que cualquier otra expectativa mejor. Es el pan que sacia nuestros deseos más grandes y alimenta nuestros sueños más hermosos. Es, en una palabra, la prenda de la vida eterna: no solo una promesa, sino una prenda, es decir, una anticipación, una anticipación concreta de lo que nos será dado. La Eucaristía es la «reserva» del paraíso; es Jesús, viático de nuestro camino hacia la vida bienaventurada que no acabará nunca.»

(Homilía de S.S. Francisco, 3 de junio de 2018).

 

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

 

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Prepararme y pedir auxilio a la Santísima Virgen María, para recibir dignamente a Jesús en la Eucaristía esta semana. Si no puedo asistir a la Eucaristía, procuraré hacer una comunión espiritual durante el día.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

 

¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!

 

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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