La Eucaristía nos compromete a practicar la caridad

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, yo creo que estás presente en la Eucaristía, dispuesto a enriquecer mi hambre y mi sed con tu maravillosa gracia. Creo en Ti, espero en Ti y te amo. Tú diste el primer paso de amor hacia mí, quiero hoy responderte del mismo modo.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 14, 13-21
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, se subió a una barca y se dirigió a un lugar apartado y solitario. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Cuando Jesús desembarcó, vio aquella muchedumbre, se compadeció de ella y curó a los enfermos.

Como ya se hacía tarde, se acercaron sus discípulos a decirle: «Estamos en despoblado y empieza a oscurecer. Despide a la gente para que vayan a los caseríos y compren algo de comer». Pero Jesús les replicó: «No hace falta que vayan. Denles ustedes de comer». Ellos le contestaron: «No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados». Él les dijo: «Tráiganmelos».

Luego mandó que la gente se sentara sobre el pasto. Tomó los cinco panes y los dos pescados, y mirando al cielo, pronunció una bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran a la gente. Todos comieron hasta saciarse y con los pedazos que habían sobrado, se llenaron doce canastos. Los que comieron eran unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños.

Palabra del Señor.

 

Reflexiona lo que Dios te dice en el Evangelio (te sugerimos leer esto que dijo el Papa)

Cristo presente en medio de nosotros, en el signo del pan y del vino, exige que la fuerza del amor supere cada laceración, y al mismo tiempo que se convierta en comunión con el pobre, apoyado por el débil, atención fraterna a cuántos les cuesta sostener el peso de la vida cotidiana.

Nos disgregamos cuando no somos dóciles a la Palabra del Señor, cuando no vivimos la fraternidad entre nosotros, cuando competimos para ocupar los primeros puestos, cuando no encontramos la valentía de testimoniar la caridad, cuando no somos capaces de ofrecer esperanza. La Eucaristía nos permite no disgregarnos porque es vínculo de comunión, es cumplimiento de la Alianza, signo viviente del amor de Cristo que se ha humillado e inmolado para que nosotros permaneciéramos unidos.  Participando en la Eucaristía y nutriéndonos de ella, estamos dentro de un camino que no admite divisiones. (Cf Homilía de S.S. Francisco,  4 de junio de 2015, en Santa Marta).

 

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal, ¿qué? El que más amor implique… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hacer una visita a Cristo en la Eucaristía, preferentemente acompañado por alguien de mi familia.

«Y sin embargo sigue siendo cierto que “no solo de pan vive el hombre”. La persona humana tiene una necesidad que es aún más profunda, un hambre que es mayor que aquella que el pan puede saciar: es el hambre que posee el corazón humano de la inmensidad de Dios.»

(San Juan Pablo II, Homilía, 16-11-1981).

 

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