La oración del Señor: El Padrenuestro (I)
La oración del Señor: El Padrenuestro (I)
Retiro de septiembre 2020
Por: P. Nivardo Quezada, LC
Te recomendamos leer, antes de ver y escuchar el retiro «La oración del Señor: El Padrenuestro (I)», las pautas para hacer un retiro espiritual, sugeridas por el Centro de Recursos del Regnum Christi.
Primera reflexión
Nuestra primera oración, en un cierto sentido, ha sido el vagido que acompañó la primera respiración. En ese llanto de recién nacido se anunciaba el destino de toda nuestra vida: nuestra continua hambre, nuestra continua sed, nuestra búsqueda de felicidad. Jesús, en la oración, no quiere apagar lo humano, no quiere anestesiar. No quiere que modifiquemos las preguntas y peticiones aprendiendo a soportar todo. En cambio, quiere que cada sufrimiento, cada inquietud, se lance hacia el cielo y se convierta en diálogo. Tener fe, decía una persona, es acostumbrarse al grito (S.S. Francisco, Audiencia 12 de diciembre de 2018).
Segunda reflexión
Es un acto de fe en mí, que soy pequeño, pecador, necesitado. Y por eso, la oración para pedir algo es muy noble. Dios es el Padre que tiene una inmensa compasión de nosotros y quiere que sus hijos le hablen sin miedo, directamente llamándolo «Padre»; o en las dificultades diciendo: «Pero Señor, ¿qué me has hecho?». Para eso le podemos contar todo, también las cosas que en nuestra vida parecen torcidas e incomprensibles. Y nos ha prometido que estaría con nosotros para siempre, hasta el último de los días que pasemos en esta tierra. Recemos el Padre nuestro, comenzando así, simplemente: «Padre» o «Papá». Y Él nos entiende y nos ama tanto (S.S. Francisco, Audiencia 12 de diciembre de 2018).
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