Lunes 10 de abril de 2023 – «Gestos de amor»

Paulina Tena González Méndez, CRC 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén. 

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino! 

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios) 

Jesús, permíteme ponerme en tu presencia. En silencio, en la fe permíteme alegrarme contigo por tu Resurrección. Ya pasó el dolor, ahora enséñame a acoger la vida. Permíteme respirar profundo y experimentar que tú vida entra en mí. Descánsame en tu victoria y en tu presencia. 

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 28, 8-15 

En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; impresionadas y llenas de alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «Alegraos». Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies. Jesús les dijo: «No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán». Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles: «Decid que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras vosotros dormíais. Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos lo ganaremos y os sacaremos de apuros». Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy. 

Palabra del Señor. 

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio 

¡Qué grande ha sido tú Encarnación! Me ha mostrado la belleza de los gestos humanos, lo sagrado del cuerpo como canal que expresa lo más profundo que hay en mí. ¡Cómo quisiera ser una de esas mujeres que pudieron demostrarte su amor, así como las del Evangelio de hoy!  

Me haces reflexionar… resucitaste justo para eso, para darme la oportunidad de que, sin importar tiempo y espacio, estés presente espiritual y eucarísticamente. Y hoy, puedo tener un gesto de amor contigo como el de ellas.  

“Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies”. 

Estas palabras me dan la pauta. Se acercaron, es un gesto de confianza, de familiaridad. Me acerco a quien conozco, me acerco a quien quiero y necesito. Hoy me acerco a ti en mi oración, en mis hermanos, en los sacramentos. Se postraron, te reconocieron, te adoraron, supieron colocarse en su lugar ante tu grandeza. Hoy quiero aprender a postrarme. Durante la cuaresma me has mostrado mi pequeñez, mi necesidad de ti. A mi alrededor veo la necesidad de un Salvador y Tú eres poderoso, ante ti me quiero postrar. Postrarme es reconocerte como mi Dios, a quien quiero acudir para saber cómo vivir. Es obedecer tu Palabra, vivir en humildad. Le abrazaron los pies. Te gusta el cariño y a mi dártelo. Mi ser persona me mueve a tener gestos tiernos contigo. Abrazo tus pies, dando un beso a mi crucifijo, abrazando a quien tengo a mi lado con amor sincero, haciendo una visita eucarística para estar cerca de ti, cuidando mi vida de gracia que es como mantenerme abrazado a ti. Abrazo tus pies también sirviendo a otros, solo los esclavos de tu tiempo lavaban o tocaban los pies de otros. 

Sí, Jesús, vivirte resucitado es tener gestos de amor contigo, como los tengo con cualquier persona que forma parte de mi vida. Descúbreme los que brotan de mi corazón de manera espontánea y sencilla como lo hicieron estas mujeres del Evangelio, así mantendré fresco el corazón y estaré más atento a saberte vivo junto a mí. 

«No podemos celebrar la Pascua si seguimos quedándonos en la muerte; si permanecemos prisioneros del pasado; si en la vida no tenemos la valentía de dejarnos perdonar por Dios, que perdona todo, la valentía de cambiar, de terminar con las obras del mal, de decidirnos por Jesús y por su amor; si seguimos reduciendo la fe a un amuleto, haciendo de Dios un hermoso recuerdo de tiempos pasados, en lugar de descubrirlo como el Dios vivo que hoy quiere transformarnos a nosotros y al mundo». (S.S. Francisco, Homilía del 16 de abril de 2022). 

Diálogo con Cristo 

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama. 

Propósito 

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación. 

Hoy ten un gesto de amor con Jesús vivo.  

Despedida 

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén. 

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino! 

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros. 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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