Lunes 15 de febrero – El protocolo con el que seremos juzgados.

No olvidéis lo que Jesús nos ha pedido y que también está escrito en el «protocolo» con el que seremos juzgados: Estaba enfermo y me visitaste. Sobre esto seremos juzgados.

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, qué pronto se va la vida… Dame la luz del Espíritu Santo, en esta oración, para saber cómo vivir con el apremio de hacer rendir el tiempo que me concedes para amarte cada día más, viviendo las obras de misericordia, que son mi pasaporte al cielo.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 25, 31-46

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas ante él todas las naciones, y él apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y a los cabritos a su izquierda.

Entonces dirá el rey a los de su derecha: “Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme”. Los justos le contestarán entonces: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver?” Y el rey les dirá: “Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron”.

Entonces dirá también a los de la izquierda: “Apártense de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento y no me dieron de beber, era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no me vistieron, enfermo y encarcelado y no me visitaron”.

Entonces ellos le responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y no te asistimos?” Y él les replicará: “Yo les aseguro que, cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo”. Entonces irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida eterna». Palabra del Señor.

Reflexiona lo que Dios te dice en el Evangelio (te sugerimos leer esto que dijo el Papa).

«A vosotros, voluntarios, ¡muchas gracias! Muchas gracias por emplear vuestro tiempo acariciando la carne de Cristo, sirviendo a Cristo Crucificado, vivo. ¡Gracias! Y también a vosotros, médicos, enfermeros, os digo gracias. Gracias por hacer este trabajo, gracias por no convertir vuestra profesión en un negocio. Gracias a muchos de vosotros que seguís el ejemplo del Santo que está aquí, que ha trabajado aquí en Nápoles: servir sin enriquecerse por el servicio. Cuando la medicina se convierte en comercio, en negocio, es como el sacerdocio cuando actúa de la misma manera: pierde la esencia de su vocación.

A todos vosotros, cristianos de esta diócesis de Nápoles, os pido que no olvidéis lo que Jesús nos ha pedido y que también está escrito en el «protocolo» con el que seremos juzgados: Estaba enfermo y me visitaste. Sobre esto seremos juzgados. El mundo de la enfermedad es un mundo de dolor. Los enfermos sufren, reflejan a Cristo sufriente: no debemos tener miedo de acercarnos a Cristo que sufre. Muchas gracias por todo lo que hacéis. Y rezamos para que todos los cristianos de la diócesis tengan más conciencia de esto y oramos para que el Señor os dé, a vosotros y a muchos voluntarios, perseverancia en este servicio de acariciar la carne sufriente de Cristo. Gracias» (Homilía de S.S. Francisco, 23 de marzo de 2015).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Antes de hacer algo, hoy, voy a hacer una pausa para examinar los motivos por los que lo estoy haciendo: ¿es para mí o para Dios? Si es sólo para mí, voy a rectificar mis intenciones, sobre todo si tengo la oportunidad de hacer algo más para Dios o para servir a Dios en mi prójimo.

 

«Ahora es el tiempo de misericordia, entonces será sólo tiempo de justicia; por eso, ahora es nuestro momento, entonces será sólo el momento de Dios.»

(Santo Tomás de Aquino, Sobre el Credo)

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