Lunes 17 de mayo de 2021 – De la primera impresión al seguimiento.
H. Francisco J. Posada, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, dame la gracia de leer tu palabra con una nueva luz porque sé que no es fácil entender tu mensaje. Te pido que me des tu fortaleza para seguirte; conoces mi vida y, muchas veces, no es fácil seguirte, pero quiero amarte y estar contigo toda mi existencia.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 16, 29-33
En aquel tiempo, los discípulos le dijeron a Jesús: “Ahora sí nos estás hablando claro y no en parábolas. Ahora sí estamos convencidos de que lo sabes todo y no necesitas que nadie te pregunte. Por eso creemos que has venido de Dios”.
Les contestó Jesús: “¿De veras creen? Pues miren que viene la hora, más aún, ya llegó, en que se van a dispersar cada uno por su lado y me dejarán solo. Sin embargo, no estaré solo, porque el Padre está conmigo. Les he dicho estas cosas, para que tengan paz en mí. En el mundo tendrán tribulaciones; pero tengan valor, porque yo he vencido al mundo”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Nos hemos encontrado con gente que nos impresiona. Puede ser por sus habilidades en los deportes, su inteligencia, cómo hace amigos tan fácilmente, se mantiene calmada en situaciones difíciles, etc. También los discípulos se impresionan cuando conocen más a Jesús y se encuentran con que sabe cosas que nadie más sabe y se lo acreditan a Dios. Si en nuestra vida la gente nos alaba por los talentos que tenemos le debemos dar gracias a Dios, en primer lugar, porque nos los ha dado de forma natural y tenemos la capacidad para desarrollarlos.
Jesús usaba las parábolas para comunicar sus mensajes y mostrarlos, de una forma sencilla, a los que necesitaban oírlos. No era fácil que todos entendieran de qué se trataban las parábolas de Jesús, sin embargo, Él las seguía usando y le parecía bien. El requisito esencial para entender las parábolas es la fe que nos hace ver las cosas desde lo alto, desde la perspectiva de Dios.
El siguiente paso después de creer y entender el mensaje de Jesús es «hacer». Cristo nos inspira una misión para la que nos ha preparado y nos pide cosas según lo que Él antes nos ha dado, de acuerdo a nuestros talentos y capacidades. Él quiere que le ayudemos y, siguiendo su ejemplo, podamos invitar a más gente a que lo siga. Este seguimiento no es fácil y aun los santos no la han tenido fácil, tuvieron que luchar para seguir al Señor que les recompensó con la vida eterna. Ante las dificultades que puedan surgir en nuestro peregrinar hacia el Señor debemos confiar en Él que nos ha precedido en el sufrimiento y en el gozo.
«Transmitir de generación en generación la lámpara de la fe con el aceite de la oración. La lámpara de la fe que ilumina, que organiza las cosas realmente cómo son, pero que puede ir adelante solo con el aceite de la oración. De lo contrario se apaga. Sin la luz de esta lámpara, no podremos ver el camino para evangelizar, es más, no podremos ver el camino para creer bien; no podremos ver los rostros de los hermanos a los que acercarse y servir; no podremos iluminar la habitación donde encontrarnos en comunidad… Sin la fe, todo se derrumba; y sin la oración, la fe se apaga. Fe y oración, juntas. No hay otro camino.»
(Audiencia de S.S. Francisco, 14 de abril de 2021).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Leer 5 minutos diariamente los evangelios durante este mes.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.