reglas leyes del amor

Lunes 18 de junio de 2018 – La ley del amor.

H. Michael Vargas, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor Jesús, enséñame a vivir con amor.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 5, 38-42
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente; pero yo les digo que no hagan resistencia al hombre malo. Si alguno te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la izquierda; al que te quiera demandar en juicio para quitarte la túnica, cédele también el manto. Si alguno te obliga a caminar mil pasos en su servicio, camina con él dos mil. Al que te pide, dale; y al que quiere que le prestes, no le vuelvas la espalda”.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Alguna vez, te has preguntado, ¿Para qué está hecho el hombre?
De dicha pregunta pueden surgir diversas respuestas, las cuales, si las vemos a la luz del Evangelio de hoy, nos pueden iluminar en nuestra vida. En primer lugar, podemos responder que fuimos hechos para vivir, seguir normas o reglas que ordenen nuestra vida y tratar de ser mejores. En segundo lugar, podemos decir que sí, en efecto, vivimos, tenemos normas, reglas, queremos ser mejores, pero, ¿qué sentido tiene? ¿Qué hace realmente la diferencia?

En el Evangelio, Jesucristo, nos muestra que sí, tenemos la vida, pero no se nos da sólo para seguir un curso natural como muchos creen, no, al contrario, se nos ha dado la vida como un don, un regalo, ante el cual podemos y debemos corresponder con amor. No es sólo seguir aquello que creemos, normas, reglas: no es sólo cumplir nuestros principios; no es sólo hacer las cosas porque nos las piden de diversas maneras, al contrario, es hacerlas, pero hacerlas con amor. Es éste el fin para el cual el hombre ha sido creado, para descubrir el amor, pues al fin de cuentas, Dios es amor.
Es el amor, el que nos hace capaz de aguantarlo todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo; es en el amor en donde encontramos las mayores respuestas que se nos plantean en el fondo del corazón; es el amor en donde encontramos el verdadero goce y sentido de la vida.
Pregúntate: ¿Qué tanto amas? ¿Qué tanto haces las cosas por amor? De las respuestas que des, así será la orientación que le des a tu vida.
«Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor es perfecto en nosotros.» (I Carta de S. Juan)

«Jesús no pide a sus discípulos sufrir el mal, es más, pide reaccionar, pero no con otro mal, sino con el bien. Solo así se rompe la cadena del mal: un mal lleva a otro mal, otro lleva a otro mal… Se rompe esta cadena de mal, y cambian realmente las cosas. De hecho el mal es un “vacío”, un vacío de bien, y un vacío no se puede llenar con otro vacío, sino solo con un “lleno”, es decir con el bien. La represalia no lleva nunca a la resolución de conflictos. “Tú me lo has hecho, yo te lo haré”: esto nunca resuelve un conflicto, y tampoco es cristiano.»
(Homilía de S.S. Francisco, 19 de febrero de 2017).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
El día de hoy trataré de amar con obras, no sólo con palabras, y haré algún acto de caridad.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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