Lunes 2 de noviembre de 2020 – Reino preparado desde la creación del mundo
Fieles difuntos
H. José David Parra Gómez, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, ¡muchas gracias por el don de la vida! Concédeme la gracia de aprovechar bien el tiempo que me das para aceptar tu misericordia y enmendar mis pecados. Ayúdame a vivir cada día como si fuera el último que me regalas.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 25, 31-46
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas ante él todas las naciones, y él apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y a los cabritos a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha: ‘Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme’. Los justos le contestarán entonces: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver?’ Y el rey les dirá: ‘Yo les aseguro que cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron’.
Entonces dirá también a los de la izquierda: ‘Apártense de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento y no me dieron de beber, era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no me vistieron, enfermo y encarcelado y no me visitaron’.
Entonces ellos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y no te asistimos?’ Y él les replicará: ‘Yo les aseguro que cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo’. Entonces irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida eterna”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¡Estamos tan acostumbrados a levantarnos cada día sin darnos cuenta de que pudimos no haberlo hecho! Abrir los ojos nuevamente es un don de Dios que no todos reciben a diario. Se nos ha dado el don del tiempo para poder construir, con mucho esfuerzo y con la ayuda de la gracia, nuestra casa en el reino preparado para nosotros desde la creación del mundo.
Cada acto bueno que tú haces es como un ladrillo, entre más haces, ¡¡¡más material para la construcción!!! El material de los ladrillos es la intención con la que lo haces; intención que solo Dios y tú ven y conocen: oro, si lo haces por amor a Dios; plata, si lo haces por amor al prójimo… y así sucesivamente. Si perseveras en el bien, acabarás construyendo una digna morada en el cielo para toda la eternidad.
Vive hoy como quisieras que te encuentre el Señor aquel día en que, vestido de gloria y majestad, separe a los justos de los injustos, y les asigne el lugar que a ellos corresponde.
El Señor es un Dios misericordioso, pero ¡cuántas veces abusamos de su misericordia y olvidamos su justica! Este es el tiempo propicio, HOY, hoy es el día de gracia que nos ofrece el Señor… ¿Mañana? Mañana quién sabe si estaremos. Los fieles difuntos, a quienes hoy recordamos y por quienes intercedemos, dan fe de ello.
«Estos cristianos, con este carnet de identidad, que vivían y viven en las manos de Dios, son hombres y mujeres de esperanza. Y esta es la tercera palabra que se me ocurre hoy: esperanza. Lo hemos escuchado en la segunda lectura: esa visión final donde todo es rehecho, donde todo es recreado, esa patria donde todos iremos. Y para entrar no se necesitan cosas extrañas, no se necesitan actitudes sofisticadas: basta con mostrar el carnet de identidad: “Está bien, adelante”. Nuestra esperanza está en el cielo, nuestra esperanza está anclada allí y nosotros, con la cuerda en la mano, nos sostenemos mirando esa orilla del río que tenemos que cruzar. Identidad: Bienaventuranzas y Mateo 25. Lugar: el lugar más seguro, en las manos de Dios, llagadas de amor. Esperanza, futuro: el ancla, allí, en la otra orilla, pero yo bien agarrado a la cuerda. Esto es importante, ¡siempre agarrados a la cuerda! Muchas veces sólo veremos la cuerda, ni siquiera el ancla, ni siquiera la otra orilla; pero tú, agárrate a la cuerda que llegarás a salvo.»
(Homilía de S.S. Francisco, 2 de noviembre de 2019).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Voy a hacer una obra de misericordia el día de hoy ofreciéndola por los fieles difuntos.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.