Lunes 25 de julio de 2022 – Santiago Apóstol – «Ser verdaderamente grande»
Iván A. Virgen, LC
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, quiero ser como Tú. Tú fuiste manso y humilde, siempre quisiste servir a los demás, incluso diste tu vida con tal de ganarnos la eternidad. Sin embargo, muchas veces me cuesta ser el servidor de todos, pues quisiera tener una grandeza al estilo de los grandes del mundo. Enséñame a gustar del servicio como lo hiciste Tú.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 20,20-28
En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: «¿Qué deseas?». Ella contestó: «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda». Pero Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?». Contestaron: «Lo somos». Él les dijo: «Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre». Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¿Es el cristianismo la religión que quita la gloria al hombre? Pensadores como Nietszche dirían que nuestra fe no hace si no quitar toda aspiración de grandeza en el hombre, reduciendo su existencia a la conformación pasiva con la realidad. No encontrando el dominio, el cristiano disfrazaría de virtud la sumisión, dándole el nombre de obediencia. Por tanto, lo único que hacen los preceptos evangélicos sobre el servicio y humildad es limitar el hombre, quitar su deseo de trascendencia.
En cambio, el pasaje nos muestra todo lo contrario porque Jesús no quita las aspiraciones grandes, es más, las promueve, pues Él dice: “el que quiera ser grande entre vosotros (…) el que quiera ser primero entre vosotros”. Por tanto, la aspiración no es la que se elimina, sino que es diverso el camino que se debe tomar con tal de alcanzar esa meta. El camino es el servicio. Jesús, así, muestra con su ejemplo que la verdadera realización ocurre donándose porque sólo el amor da sentido a la existencia.
Nietzsche podrá proponer mil remedios para tratar de dar un sentido a la existencia del hombre, pero todos hemos comprobado que ni la riqueza, ni el poder son capaces de llenarnos completamente. Solamente el amor nos otorga el sentido pleno. Puesto que el amor implica la donación, decir sí a la comunión con el otro se debe vivir en una actitud de servicio, buscando que los otros sean lo más grandes. Piensa por ejemplo en una mamá que hace muchos sacrificios por sus hijos. La madre se vuelve una “servidora” de sus hijos porque los ama. El amor busca el bien del otro, lo promueve y sólo en el amor la vida toma sentido.
«Pero nos encontramos con algunos que confunden el camino con un viaje turístico o confunden el camino con dar vueltas alrededor de sí mismos sin poder avanzar. El camino del Evangelio no es un viaje turístico. Es un reto: cada paso es un reto y cada paso es una llamada de Dios, cada paso es —como decimos en nuestro país— “poner la carne en el asador”. Ir siempre hacia adelante. Estamos siempre en movimiento, siempre en conversión, siempre en discernimiento para hacer la voluntad de Dios». (S.S. Francisco, Discurso del 16 de septiembre de 2021).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy trataré de hacer un acto de servicio desinteresado a alguno de mis seres queridos.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.