todas las cosas nos vienen de Dios

Lunes 28 de septiembre de 2020 – El más pequeño es el más grande.

H. Francisco Posada, L.C.

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

 

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, Tú que eres Padre de todos los hombres, ayúdame en mi vocación de ser padre, que pueda ver tu presencia en cada «don» que encuentro en mi vida y que te pueda dar gracias por tu amor, hecho carne, que puedo palpar.

 

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Lucas 9, 46-50

Un día, surgió entre los discípulos una discusión sobre quién era el más grande de ellos. Dándose cuenta Jesús de lo que estaban discutiendo, tomó a un niño, lo puso junto a sí y les dijo: “El que reciba a este niño en mi nombre, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe también al que me ha enviado. En realidad, el más pequeño entre todos ustedes, ése es el más grande”.

Entonces, Juan le dijo: “Maestro, vimos a uno que estaba expulsando a los demonios en tu nombre; pero se lo prohibimos, porque no anda con nosotros”. Pero Jesús respondió: “No se lo prohíban, pues el que no está contra ustedes, está en favor de ustedes”.

Palabra del Señor.

 

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Seguramente recordamos nuestra infancia como un momento de nuestras vidas lleno de lecciones que aprender y tiempo para jugar y disfrutar de las cosas. El ser como niños es también una oportunidad para «regresar» en el tiempo y vivir como cuando éramos pequeños. Es un misterio cómo Jesús pone como «más grande en el Reino de los cielos» a un niño, primero porque un pequeño no se preocuparía tanto por este puesto, sino que se preocupa por disfrutar, estar con sus amigos, explorar el mundo y ser bueno. Todo comienza porque los adultos empiezan a discutir sobre quién es el mejor.

Otra forma de ver la respuesta inesperada de Cristo es considerar este «Reino de los cielos» como una familia en la que los hijos ocupan un lugar privilegiado, respetando las debidas diferencias que hay entre los padres y sus hijos, pero de una forma que solo se da en la familia, el más pequeño es el más importante.

Sin quitarle ningún mérito a los padres que son muy importantes en la vida de los hijos, Dios también está presente y lo debemos reconocer; todas las cosas nos vienen de Dios y recibir sus dones es recibirlo a Él.

 

 

«Quien escucha a Jesús, quien se esfuerza por seguirlo, aunque cueste, se convierte en hijo de Dios y comienza a parecerse realmente al Padre que está en el cielo. Nos volvemos capaces de cosas que nunca hubiéramos pensado que podríamos decir o hacer, y de las cuales nos habríamos avergonzado, pero que ahora nos dan alegría y paz. Ya no necesitamos ser violentos, con palabras y gestos; nos descubrimos capaces de ternura y bondad; y sentimos que todo esto no viene de nosotros sino de Él, y por lo tanto no nos jactamos de ello, sino que estamos agradecidos.

No hay nada más grande y más fecundo que el amor: confiere a la persona toda su dignidad, mientras que, por el contrario, el odio y la venganza la disminuyen, desfigurando la belleza de la criatura hecha a imagen de Dios.»

(Ángelus de S.S. Francisco, 24 de febrero de 2019).

 

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

 

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Darle tiempo a un hijo, primo pequeño, etc., jugando con él.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

 

¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!

 

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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