Lunes 9 de enero de 2023 – Bautismo del Señor – «El sello que hemos recibido»
Cristian Gutiérrez, LC
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Gracias, Señor, por la vida que me concedes, por la oportunidad de entrar en relación contigo. Gracias por todos y cada uno de los beneficios que me concedes. Te pido perdón por mis faltas y pecados y te pido me ayudes a serte fiel siempre, a jamás dejarte solo. Acrecienta mi fe para que crea en ti con más fuerza. Aumenta mi confianza en ti para que no la cifre en cosas pasajeras. Te amo, pero aumenta mi amor. Concédeme, Señor, la gracia de la oración.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 3, 13-17
En aquel tiempo, Jesús llegó de Galilea al río Jordán y le pidió a Juan que lo bautizara. Pero Juan se resistía, diciendo: «Yo soy quien debe ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a que yo te bautice?». Jesús le respondió: «Haz ahora lo que te digo, porque es necesario que así cumplamos todo lo que Dios quiere». Entonces Juan accedió a bautizarlo. Al salir Jesús del agua, una vez bautizado, se le abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios, que descendía sobre él en forma de paloma y oyó una voz que decía, desde el cielo: «Este es mi Hijo muy amado, en quien tengo mis complacencias».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Hoy es un día especial para agradecerte el don de mi bautismo. Es un regalo que muchas veces no me detengo a considerar y, sin embargo, es una de las mayores gracias que como cristiano me has dado.
Son muchos los regalos que vienen incluidos en este don del bautismo. Me hace hijo tuyo, miembro de tu Iglesia, me limpia de mis pecados y me hace heredero del cielo. Gracias, Señor, porque por el bautismo me has hecho tu hijo. Dame la gracia de sentirme sanamente orgulloso de esta realidad. ¡Soy hijo de Dios! ¡Soy un bautizado!
El bautismo es una gracia particular que me concedes y que depende de mí, en cierta medida, acrecentarla y fructificarla. El bautismo va más allá de un simple hecho. Es el inicio de una vida. Tú has querido iniciar tu vida pública con el bautismo en el Jordán. Así también mi vida, desde el bautismo, es una vida de entrega, de gracia, de lucha, de amor.
En mi bautismo, al igual que en el tuyo, el Espíritu Santo bajó del cielo e hizo de mi alma una morada. Soy templo vivo del Espíritu Santo. Ello me debe llevar en este día, Señor, a meditar en qué tanto escucho y dejo actuar el Espíritu Santo en mi vida. Dame la gracia, Señor, de ser siempre dócil a tu voz que me guía y busca sin descanso lo mejor para mi vida.
«¿Somos conscientes de este gran don? ¡Todos somos hijos de Dios! ¿Recordamos que en el Bautismo hemos recibido el “sello” de nuestro Padre celestial y nos hemos convertido en sus hijos? Dicho de un modo sencillo: llevamos el apellido de Dios, nuestro apellido es Dios, porque somos hijos de Dios. ¡Aquí está la raíz de la vocación a la santidad! Y los santos que hoy recordamos son precisamente quienes han vivido en la gracia de su Bautismo, han conservado íntegro el «sello», comportándose como hijos de Dios, tratando de imitar a Jesús; y ahora han alcanzado la meta, porque finalmente “ven a Dios así como Él es”».
(Ángelus de S.S. Francisco, 1 de noviembre de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Rezaré un credo en agradecimiento por mi bautismo y como renovación de mi fe.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.