Martes 18 de abril de 2023 – «No te canses de explicarme»
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
A veces hay que acercarse a la oración “de puntitas” y bajando el ritmo de la actividad. De forma silenciosa. Así quiero acercarme a esta oración, despacio y en silencio, pidiéndote que me des la gracia de abrir mi mente y mi corazón a tu presencia.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 3,5.7,15
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Tenéis que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu». Nicodemo le preguntó: «¿Cómo puede suceder eso?». Le contestó Jesús: «Y tú, el maestro de Israel, ¿no lo entiendes? Te lo aseguro, de lo que sabemos hablamos; de lo que hemos visto damos testimonio, y no aceptáis nuestro testimonio. Si no creéis cuando os hablo de la tierra, ¿cómo creeréis cuando os hable del cielo? Porque nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¡Ay Nicodemo! Que me siento igual que tú, escuchando al Señor hablarme de cosas que no siempre comprendo. Muchas veces en mi vida espiritual, en mi vida cristiana me pregunto lo mismo: ¿Cómo puede suceder esto? ¿Cómo es que pueda amar a mis enemigos? ¿Cómo es que pueda nacer de nuevo? ¿Cómo es que pueda sentirme feliz cuando me experimento pobre?
Es que el Evangelio es sencillo, pero mi corazón todavía no. Por eso Jesús, no te canses de explicarme, porque como bien dices, sólo Tú has subido al cielo y sólo Tú conoces al Padre, y sólo Tú conoces la vida a la que me llamas.
¿Qué hiciste Nicodemo después de esa conversación? Llevaste a la oración lo que el Maestro te decía, rebuscaste en la Escritura sus palabras, intentaste comprender y seguramente regresaste con Él a seguir conversando, a que te siguiera explicando.
No te canses Jesús, de explicarme el evangelio y la vida espiritual. Y te pido que no se cansen los que has llamado y dado la misión de ser predicadores de tu Evangelio, guías de almas y catequistas del Reino.
«Ante las dificultades, ante una puerta cerrada, que no sabían cómo avanzar, van al Señor, abren sus corazones y el Espíritu viene y les da lo que necesitan y salen a predicar, con valentía, y adelante. Esto es nacer del Espíritu, esto es no pararse en el “por tanto”, en el “por tanto” de las cosas que siempre he hecho, en el “por tanto” del después de los Mandamientos, en el “por tanto” después de las costumbres religiosas: ¡no! Esto es nacer de nuevo. ¿Y cómo se prepara uno para nacer de nuevo? A través de la oración. La oración es lo que abre la puerta al Espíritu y nos da esta libertad, esta franqueza, este coraje del Espíritu Santo. Que nunca sabrás dónde te va a llevar. Pero es el Espíritu». (S.S. Francisco, Homilía del 20 de abril de 2020).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Preguntarme si estoy buscando alguna manera de formarme en mi fe, con algún comentario, una catequesis, un buen libro. Para colaborar con el Espíritu Santo y que la Palabra de Cristo en el Evangelio pueda profundizarla con mayor plenitud.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.