Martes 20 de marzo de 2018 – ¿Quién eres tú?
H. Rubén Tornero, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, te doy las gracias por esta oportunidad que me das para poder encontrarme contigo en la intimidad de la oración. Has estado esperando ardientemente este momento, en que yo viniera a abrirte mi corazón. Tú ya sabes cuáles son mis dificultades, mis anhelos, mis sueños… pero te agrada escucharme, hacerme sentir que estás vivo y que quieres jugar un papel importante en mi vida, si yo te dejo.
Ayúdame, amado Jesús, a abrir el corazón para recibir con amor y atención lo que hoy quieres decirme. Dame la gracia de fundir mi voluntad con la tuya, y que toda mi vida no sea sino un acto de alabanza y de agradecimiento por todo lo que Tú has hecho por mí… pero sobre todo por ser quien eres. Amén.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 8, 21-30
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Yo me voy y ustedes me buscarán, pero morirán en su pecado. A donde yo voy, ustedes no pueden venir”. Dijeron entonces los judíos: “¿Estará pensando en suicidarse y por eso nos dice: ‘A donde yo voy, ustedes no pueden venir’?». Pero Jesús añadió: “Ustedes son de aquí abajo y Yo soy de allá arriba; ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo. Se lo acabo de decir: morirán en sus pecados, porque si no creen que Yo Soy, morirán en sus pecados”.
Los judíos le preguntaron: “Entonces, ¿quién eres Tú?”. Jesús les respondió: “Precisamente eso que les estoy diciendo. Mucho es lo que tengo que decir de ustedes y mucho que condenar. El que me ha enviado es veraz y lo que yo he oído decir a él es lo que digo al mundo”. Ellos no comprendieron que hablaba del Padre.
Jesús prosiguió: “Cuando hayan levantado al Hijo del hombre, entonces conocerán que Yo Soy y que no hago nada por mi cuenta; lo que el Padre me enseñó, eso digo. El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que a él le agrada”. Después de decir estas palabras, muchos creyeron en él.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Muy amada alma:
Hoy has visto que mis palabras hacia los judíos son muy duras y que ellos me preguntan: ¿Quién eres tú?
Sé que muchas veces, sobre todo en los momentos difíciles de la vida, esta misma pregunta ha brotado en tu alma. Quiero responderte.
Soy alguien que te ama, que solamente quiere tu felicidad. Soy alguien que sufre contigo y por ti. Soy aquél que también ríe cuando estás alegre, pero también soy aquél que te ama tanto que estoy dispuesto a sacarte de la esclavitud del pecado.
Muchas veces los que te aman son los que no te molestan, los que dejan que tu vida siga igual…No. Yo no soy de esos, pues esa actitud se llama indiferencia y no amor.
Porque te amo y sólo quiero tu bien, tu felicidad, soy capaz de dirigirte fuertes palabras como a los judíos…entiende que vale mil veces más el golpe de un amigo que te detiene para que no caigas al precipicio, que las palmadas en la espalda de quien es indiferente ante tu ruina.
¡TE AMO! Y lo hago tanto que estoy dispuesto a romper tu tranquilidad si ella te llevará a la ruina.
Escuchaste que les dije a los judíos: «A donde yo voy, ustedes no pueden venir.» ¿Sabes a dónde fui? A dar mi vida por cada uno de ellos… ¡a morir por ti! Ellos no podían venir porque solo mi amor por ti es tan grande que llega hasta el punto de dar mi vida por ti. Dentro de pocos días, volveré a morir por ti, se renovará el sacrificio que hice y hago por ti. A ti no te digo que no puedes venir, pues he arrancado tu vida del abismo para ponerla de nuevo en tus manos. Puedes venir, pero ¿quieres hacerlo?
¿Quieres experimentar el amor tan grande que te tengo? ¿Me permitirías compartir mi vida contigo?
Ése soy yo, el que te ama…quizá más de lo que tú mismo lo haces. ¿Me dejas amarte hasta el extremo?
Atte. Jesús
«¿Quién eres tú para cerrar la puerta de tu corazón a un hombre, a una mujer que quiere mejorar, volver al pueblo de Dios, porque el Espíritu Santo ha tocado su corazón? Que la Cuaresma ayude a no cometer el error de quien desafió el amor de Jesús hacia el paralítico solo porque era contrario a la ley. Hay que pedir al Señor por nosotros y por toda la Iglesia una conversión a Jesús, una conversión a la misericordia de Jesús. Y así la ley será plenamente cumplida, porque la ley es amar a Dios y al prójimo, como a nosotros mismos.»
(Homilía de S.S. Francisco, 17 de marzo de 2015, en santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy intentaré hacer un acto de amor para hacer experimentar a los demás el amor que Cristo les tiene.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.