paz

Martes 21 de mayo de 2019 – Creyendo a Jesús, confiando en Jesús, acompañando a Jesús.

Santos Cristóbal Magallanes, presbítero y compañeros mártires

H. Pedro Cadena Díaz, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, gracias por este momento de calma e intimidad contigo. Ábreme los ojos, para que pueda ver cómo me amas. María, que confiaste siempre en Dios, acompáñame en este momento de oración.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 14, 27-31
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “La paz les dejo, mi paz les doy. No se la doy como la da el mundo. No pierdan la paz ni se acobarden. Me han oído decir: ‘Me voy, pero volveré a su lado’. Si me amaran, se alegrarían de que me vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Se lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, crean.

Ya no hablaré muchas cosas con ustedes, porque se acerca el príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo sepa que amo al Padre y que cumplo exactamente lo que el Padre me ha mandado”.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. ¿Alguna vez alguien te ha defendido? Cuando alguien fuerte nos defiende, nos sentimos seguros. Sabemos que nada malo nos puede pasar.  Piensa en alguien que te ha defendido, o en alguna vez cuando defendiste a alguien.

Ahí había amistad, fuerza, valentía. Ahora imagina: ¿Qué tal si tu mejor amigo fuera el más fuerte y el más valiente? ¿Qué tal si él siempre estuviera junto a ti? ¿Tendrías miedo alguna vez? Por eso Jesús nos dice hoy:  La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Primero dice: la paz os dejo, la paz os doy. O sea, que, con Él en nuestro corazón, con la seguridad de que Él nos ama como somos, podemos estar en paz, incluso en las pruebas de la vida. ¿Por qué? Porque su paz no es como la paz del mundo. Su paz es profunda, nada la puede turbar. Porque en verdad: ¿Quién podrá entonces separarnos del amor de Cristo? ¿Las tribulaciones, las angustias, la persecución, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada? (Rm 8,35)

Cuando escuches que el diablo te dice: Dios no está contigo, Dios no te quiere feliz, Dios no te sacará adelante, pide a María que te ayude a confiar. Pídele que, confiando en Jesús, no tiemble tu corazón, ni se acobarde. Pídele que, aun en los sufrimientos, sepas confiar en Jesús como ella confió al pie de la cruz.

«Reserven la misma preocupación formativa a sus laicos, de los cuales depende no sólo la solidez de las comunidades de fe, sino gran parte de la presencia de la Iglesia en el ámbito de la cultura, de la política, de la economía. Formar en la Iglesia significa ponerse en contacto con la fe viviente de la Comunidad viva, introducirse en un patrimonio de experiencias y de respuestas que suscita el Espíritu Santo, porque es Él quien enseña todas las cosas.»
(Discurso de S.S. Francisco, 7 de septiembre de 2017).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy voy a visitar a Jesús en la Eucaristía y estaré con Él. en silencio. unos minutos, para dejar que me llene de su amor. Si lo necesito voy a buscar una oportunidad de confesarme.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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