Martes 23 de agosto de 2022 – «La verdad del Corazón»

Iván A. Virgen, LC

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Dame la gracia de conocer mi corazón en profundidad para recibirte con la mejor disposición. Ayúdame a valorar aquello que Tú valoras más, es decir, el derecho, la compasión y la sinceridad.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 23, 23-26

En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el décimo de la menta, del anís y del comino, y descuidáis lo más grave de la ley: el derecho, la compasión y la sinceridad! Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que filtráis el mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis rebosando de robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego!, limpia primero la copa por dentro, y así quedará limpio también por fuera».

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

“Limpia primero la copa por dentro, y así quedará limpio también por fuera”. A menudo tendemos a enfocarnos en las cosas más aparentes. En muchos lugares, por ejemplo, hay un gran auge en gimnasios y lugares que cuidan la apariencia física. Podemos preguntarnos qué hay de fondo en dicha actitud. En el fondo se encuentra el deseo de encajar, de ser aceptado e incluso admirado por características determinadas. Lo mismo sucedía con los fariseos, pero en su caso se trataba de una admiración moral que los llevaba a cuidar escrupulosamente de detalles externos. Lo que pasó con ellos es que estaban tan preocupados por ser admirados en las cosas externas que se olvidaron de cultivar las cosas internas que eran ocultas para los hombres pero esenciales para Dios.

Por esta razón, Jesús no duda en reprocharles esta actitud porque precisamente es esto lo que no les permite dejarse sorprender por Dios. Ellos cumplen perfectamente las normas y externamente no se les reprocha cosa alguna, pero dentro se han construido altares a sí mismos y se vanaglorian por el cumplimiento de su ley.

Busquemos agradar a Dios antes que a los hombres, cultivando con mayor prioridad aquello que es más precioso a Sus ojos, a decir, el derecho, la compasión y la verdad.

«Hermanos y hermanas, pensemos hoy en lo que Pablo condena y que Jesús condena: la hipocresía. Y no tengamos miedo de ser sinceros, de decir la verdad, de escuchar la verdad, de conformarnos con la verdad. Así podremos amar. Un hipócrita no sabe amar. Actuar de otra manera que no sea la verdad significa poner en peligro la unidad en la Iglesia, por la cual el Señor mismo ha rezado». (S.S. Francisco, Catequesis del 25 de agosto de 2021).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Estar atento a los momentos en los que puedo poner en obra actos de verdad, compasión o derecho.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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