«El mejor año de nuestra vida»

Cursillo colaboradores 2017

“Qué grande es Dios…Y es que sus tiempos son perfectos. Qué grande es Dios que me creó por amor y espera ardientemente que yo regrese a Él algún día. Tan tan grande es Él que su omnipotencia se frena ante mi libertad. Dios me ama tanto que no es un Dios que imponga u obligue, sino que permite y faculta para que cada quien lo busque por amor”. Estas fueron las palabras de Roberto Valencia,  participante en el cursillo de colaboradores 2017 y que expresó las ganas de servir a Dios y entregarlo todo por él.

Del 17 de julio al 15 de agosto se realizó el cursillo de colaboradores de México en el centro de retiros Quo Vadis, en el Estado de México. El equipo directivo estuvo formado por Bernardo Pérez, laico consagrado y director del cursillo; el P. Manuel Reyes, L.C., el P. Gonzalo Rebollo, L.C., el P. Pablo Solís, L.C., Pablo Beuchat, laico consagrado y Martín Sosa, ex colaborador.

Participaron 58 jóvenes provenientes de México, Brasil, España, Estados Unidos y Colombia.

El cursillo se dividió en cuatro etapas: 1. El hombre: elemento humano de la persona, antropología, liderazgo. 2. El cristiano: bases de vida y doctrina cristiana. 3. El Regnum Christi: manual, carisma, metodología y ECYD. 4. El colaborador: manual del colaborador, dinámicas de grupo, etc.

Como parte de las actividades, se impartieron minicursos sobre Antropología, fundamentos de la fe católica, taller de oración, Regnum Christi y ECYD, manual del colaborador, uso del tiempo, coaching y autoconocimiento. Estos talleres fueron impartidos por miembros de las 4 ramas del Movimiento, además de varios testimonios de ex colaboradores.

También se realizaron dinámicas de integración y convivencia como un paseo al Nevado de Toluca, a la Universidad Anáhuac México, Talentshow, Karaoke Night. Una actividad novedosa y diferente fue el MercyRally organizado por ex colaboradores, en el que cada equipo tenía que realizar al menos 7 obras de misericordia en el centro de la Ciudad de México. Otro momento importante fueron las misiones, que en esta ocasión se realizaron en Aquixtla, Puebla con una duración de 4 días.

Roberto Valencia, colaborador generación 2017-2018, compartió su experiencia en el cursillo: “A media licenciatura, me nació la inquietud de seguir a Dios. No tuve ganas de portar un paliacate blanco, no quise llegar a un destino desconocido, a ser la figura pública que representara a Dios ni mucho menos, sino que simplemente fue muy claro cómo Él me llamó a servirle. Fue muy clara la voz de Dios diciendo: ‘Sé que me ofreces tu 100% en lo que haces, pero ahora dame el 100% de tu tiempo’. Acto seguido, yo ya tenía ganas de servirle, y en virtud del ambiente en el que me desenvuelvo, lo más cercano a lo que yo buscaba era ser Colaborador.

Yo traía un estereotipo de lo que es el cursillo, sin embargo, fue un choque tremendo darme cuenta que nada fue como lo esperaba. ¡Todos eran normales! No había ningún ‘super mocho’ que hablara de Dios todo el tiempo, no se percibía una sed sobre humana de estar todo el día frente al Santísimo, no hablaban de vidas de Santos durante la comida… simplemente eran chavos normales. Entendí que el colaborador no es el mejor, sino el que quiere serlo.

Vengo a encontrarme con Cristo y encontrarlo en los demás. Vengo a crecer en la fe y a mejorar como católico e hijo suyo. En cualquier lugar y el tiempo que sea necesario, yo vengo a darlo todo por Dios… porque una vez que uno siente su presencia tan latente en la vida, ¿qué otra cosa podría hacer más que seguirle?

Yo no levanté la mano, Dios irrumpió en mi vida”.

Para José Eduardo Peart, colaborador generación 2017-2018 “la preparación que se nos da en el cursillo es extraordinaria. Nos da una formación sólida, y no es para menos, ya que se nos prepara para el mejor año de nuestras vidas, un año que se hace realidad en la batalla de cada día.

En el día a día del cursillo se busca que seamos mejores personas, que tengamos una relación más íntima con Cristo y que aprendamos a transmitir a los demás esta experiencia. Es una probadita de lo que nos espera en el año, una batalla diaria para superar los obstáculos que se nos irán presentando en el camino. Es entender que la manera de superar los problemas es teniendo claro que esto lo hacemos por Cristo, en Él y para Él. Sin Él sería muy pobre nuestra entrega, sería sólo una entrega humana que no transforma, que no trasciende.

¡Esto es un poco de lo mucho que aprendimos a lo largo de un mes, un mes lleno de formación para la universidad de la vida!”.

El día 5 de agosto, el P. Paul Lara, L.C., director territorial de Monterrey asistió al cursillo y entregó los destinos a los colaboradores que participaron: 19 al territorio de Monterrey, 18 al territorio de México (centro y sureste del país, además de El Salvador y Guatemala, cinco a España (Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla), cuatro a Oaklawn Academy en Wisconsin, cuatro a Dublin Oak, cuatro a Chile, dos a Filipinas y dos a Colombia.

De los 58 colaboradores, 21 fueron destinados a trabajar exclusivamente con jóvenes, 24 al ECYD, ocho a academia y cinco fueron enviados al ECYD y con jóvenes. 

Los colaboradores son jóvenes del Regnum Christi que buscan una experiencia profunda del amor de Cristo, dando uno o más años de su vida al servicio de la Iglesia. Viven la misión de ayudar a otras personas a acercarse a Dios y a colaborar en la transformación de la humanidad.

Visita su página: http://colaboradores.regnumchristi.org/index.php

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