Miércoles 1 de marzo – Un camino para preparar el corazón.
Miércoles de ceniza
H. Balam Loza, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Padre mío, vengo a tus pies como un hijo que necesita misericordia. Tengo sed de tu amor y por eso vengo aquí. Sé, Padre mío, que sólo Tú puedes llenar mi corazón, que nadie más en este mundo me conoce tan bien y que nadie ni nada puede amarme como Tú lo haces. Tu mirada es tan profunda y, al mismo tiempo, tan cargada de amor que sólo puedo sentir una gran paz y un gran gozo. Sólo quiero estar aquí mirándote y dejándome mirar. Sin palabras, en silencio, de corazón a Corazón.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 6, 1-6.16-18
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa de su Padre celestial.
Por tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. En cambio, cuando tu des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Cuando uno va a una montaña, un día de verano, va a disfrutar de cada momento, de cada experiencia. Puede ir solo o pude ir con la familia o con los amigos. Es un día que pondrá a prueba cada uno de los músculos si de verdad quiere llegar a gozar del espectacular paisaje desde la cima. Podemos decir que es una experiencia apasionante. Y eso es justamente en lo que consiste la vida cristiana. Y sólo quien quiere contemplar la maravilla del amor de Dios, es capaz de poner a prueba cada una de sus capacidades.
Hoy comenzamos un hermoso camino. El camino de la cuaresma. Y podemos decir «ya llegó otra vez…un año más» y quedarnos indiferentes, como un periodo más bien para andar con la cara de miércoles de ceniza, con la «cara larga». Pero la cuaresma, es más bien, un periodo para darnos cuenta que las cosas de «mundo» no son todo, que la moda, el Facebook, los likes, las grandes cenas…pasan. Y, ¿qué queda?
La vida del cristiano es un camino hacia el cielo, un camino, sí difícil, pero que vale la pena, porque sólo el amor de Dios, el amor del Padre es capaz de llenarnos. Un día nos podrán estar alabando y al día siguiente pocos se acordaran, pero Dios nos mira en la profundidad del corazón y nos ama siempre, tal cual somos. Por eso la cuaresma, que hoy comenzamos, es un periodo para preparar el corazón para recibir el amor de Dios. Al igual que el hijo pródigo nos ponemos en camino a la casa del Padre, dejaremos de lado todo lo que nos impida llegar y, al final, al llegar a casa, recibiremos el amor tan grande de Dios que da la vida por nosotros.
«Que la Cuaresma sea un tiempo de beneficiosa “podadura” de la falsedad, de la mundanidad, de la indiferencia: para no pensar que todo está bien si yo estoy bien; para comprender que lo que cuenta no es la aprobación, la búsqueda del éxito o del consenso, sino la limpieza del corazón y de la vida; para volver a encontrar la identidad cristiana, es decir el amor que sirve, no el egoísmo que se sirve. Pongámonos en camino juntos, como Iglesia, recibiendo la Ceniza —también nosotros nos convertiremos en ceniza— y teniendo fija la mirada en el Crucificado.»
(Homilía de S.S. Francisco, 10 de febrero de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy, Señor, haré ayuno de redes sociales y dedicaré un momento delante de la Eucaristía para comprometerme a vivir la cuaresma de manera especial.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.