Miércoles 18 de julio de 2018. – Conversión del corazón.
H. Michael Vargas, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor Jesús, inflama mi corazón de amor por Ti, y enséñame a vivir con alegría, agradecimiento y amor.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-27
En aquel tiempo, Jesús exclamó: “¡Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien.
El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Es hermoso encontrar, en la vida, personas con un corazón alegre, agradecido y que ama; actitudes, que todos estamos llamados a vivir en cada momento de nuestra existencia.
En primer lugar, tener un corazón alegre, para reconocer todos los regalos y dones que hemos recibido y vamos recibiendo constantemente en nuestra vida. En segundo lugar, un corazón agradecido, el cual, si no lo tenemos, hay que pedírselo a Jesucristo para que realmente podamos reconocer los dones que hemos recibido, y ser agradecidos, ya que al agradecer se da el valor que posee dicho don o regalo en nuestra vida.
Finalmente, debemos de vivir con un corazón que ama. Somos hombres y estamos hechos para amar y ser amados; si no amamos, no podremos ver los dones o regalos recibidos; tampoco podremos ser agradecidos y mucho menos podremos continuar amando aquello que Dios hace en nuestras vidas.
Pidámosle esta gracia al Señor y dejemos que Él actúe, que podamos tener un corazón alegre, un corazón agradecido y un corazón que ame en todo momento.
La conversión es auténtica «cuando nos damos cuenta de la necesidad de los hermanos y estamos listos para encontrarnos con ellos».
(Papa Francisco).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
El día de hoy, agradeceré a Dios los dones que me ha dado y a aquellos que me rodean, les daré las gracias por cada gesto de amor que me han brindado.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.