Miércoles 22 de junio de 2022 – «Por sus frutos los conoceréis»
Alejandro Rondón, LC
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, ilumina mi oración para salir de ella fortalecido, estoy dispuesto a dar los frutos buenos que debo producir. Para perseverar en mi fe necesito de tu gracia, de tu luz. Acompáñame en este momento de oración donde vengo sobre todo a estar contigo y buscarte a ti por medio de la lectura y meditación de tu Palabra.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 7, 15-20
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Jesús, quiero vivir siempre bajo tu cuidado exigente, pero amoroso. No puedo dar fruto viviendo en la mediocridad. Ayúdame a crecer en la generosidad, en la prontitud, en la autenticidad, que nunca consienta el egoísmo o la doblez. Sé que esto es difícil, por eso te pido tu gracia, para rectificar hoy todo aquello que me aleja de ti.
Ayúdame a seguir el ejemplo de tu madre María. Ella que te llevó en su vientre y que siempre estuvo dispuesta a hacer el bien. Por eso la conocemos, y es Ella misma mi ejemplo de virtudes, ya que nunca se alejó de tu voluntad y de tu amor. Por eso es mi ejemplo quien diera muchos frutos obrando siempre en humildad: “Hágase en mí según tu Palabra”. Ayúdame a mí también a ser humilde, a dar frutos de vida eterna, a imitar a María.
«La guía que el Señor nos propone para el camino seguro es buscar dar buen fruto. Veamos los frutos de María, nuestra madre, que viene perpetuamente en nuestro socorro. El fruto de su vientre es el mismo Jesús. ¿Qué clase de fruto estoy dando? Si mi árbol está un poco seco, quizás sea tiempo de echar raíces más profundas y regarlo. Si mi árbol está verde y frondoso, quizás el Señor lo pode un poco para que dé más fruto. Lo que sí tenemos por seguro es que Cristo nos da la lluvia a todos por igual porque «por sus frutos los conoceréis»». (S.S. Francisco, 52 Jornada Mundial de las comunicaciones sociales).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Buscaré reconciliarme con Dios y con alguna persona que haya lastimado consciente o inconscientemente.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.