Miércoles 23 de marzo de 2022 – «La Ley que no pasa»

Héctor Cortés Reyes, LC

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor Jesús, me pongo en tu presencia en este día, quiero decirte que te amo, a pesar de todos mis errores y debilidades, quiero amarte, quiero entregarme a ti; y con fe sé que tú quieres también recibir mi amor. Ayúdame en este día, para que pueda seguirte más de cerca, y no permitas que me separe de ti.

 

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 5, 17-19
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».

Palabra del Señor.

 

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Jesús no vino a abolir la ley, ni tampoco su predicación es una antítesis a la Ley y los profetas. Jesús viene a dar plenitud a la Ley, y a presentar el significado que tiene en sí. Así como la Ley se sintetiza en dos mandamientos: Amarás a Dios sobre todas las cosas, y amarás a tu prójimo como a ti mismo; así igualmente la plenitud de esta Ley, Jesús la sintetiza en “Ámense los unos a los otros como yo los he amado”.

Ya no es un mandato a amarnos como a nosotros mismos, sino el de entrar en una dinámica de amor más grande, en el Amor Divino. Porque el amor a Dios, y el amor por nuestros hermanos, no puede estar separado. Amamos a Dios en nuestros hermanos, y amamos a nuestros hermanos en Dios.

Al final, para que sea un verdadero amor, un amor de entrega y donación, solamente puede venir de una entrega amorosa a Dios.

«Ahora no vemos los frutos de esta gente que sufre, de esta gente que lleva la cruz, como en ese Viernes Santo y ese Sábado Santo no se veían los frutos del Hijo de Dios Crucificado, de sus sufrimientos. Asimismo, ¿qué dice el Salmo sobre los malvados, sobre los que pensamos que les va todo bien? Serán paja que arrebata el viento. Porque el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal.». (S.S. Francisco, Homilía del 8 de octubre de 2015).

 

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

 

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Pídele a Dios que te otorgue la gracia de querer conocer más su Evangelio, su Palabra viva, y relee el Evangelio de hoy con pausas, dejando que sus Palabras toquen tu corazón.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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