no tengas miedo, Dios se manifiesta

Miércoles 8 de enero de 2020 – El miedo de mi hermana.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

 

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Dame la gracia, Señor, de poder escucharte.

 

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Marcos 6, 45-52

En aquel tiempo, después de la multiplicación de los panes, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se dirigieran a Betsaida, mientras él despedía a la gente. Después de despedirlos, se retiró al monte a orar.

 

Entrada la noche, la barca estaba en medio del lago y Jesús, solo, en tierra. Viendo los trabajos con que avanzaban, pues el viento les era contrario, se dirigió a ellos caminando sobre el agua, poco antes del amanecer, y parecía que iba a pasar de largo.

 

Al verlo andar sobre el agua, ellos creyeron que era un fantasma y se pusieron a gritar, porque todos lo habían visto y estaban espantados. Pero él les habló enseguida y les dijo: «¡Ánimo! Soy yo; no teman». Subió a la barca con ellos y se calmó el viento. Todos estaban llenos de espanto y es que no habían entendido el episodio de los panes, pues tenían la mente embotada.

Palabra del Señor.

 

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Mi hermana le preguntó hace mucho tiempo a mi abuela sobre cómo reaccionaría ella si una imagen de la iglesia se moviera. Mi hermana, que en ese entonces era una niña, respondiendo a su propia pregunta, dijo que ella se moriría de miedo. Es algo natural para nosotros que las expresiones de ese estilo de Dios en este mundo, cuando menos lo esperamos, nos den miedo, pero todo podría cambiar si dejamos de ver las expresiones de Dios como algo inconcebible y comenzamos a verlas como lo que son: expresiones de amor.

Mi repuesta para mi hermana sería que muy probablemente me daría miedo; pocos están preparados para experimentar que una imagen se mueva, seguramente hasta gritaría como los apóstoles en el Evangelio, porque yo vería un fantasma, una imagen moviéndose al inicio.

Pero entre permanecer en el miedo o salir de él depende de cómo entienda el por qué se mueve la imagen, el por qué Jesús camina sobre las aguas. Si es un fantasma es lógico que permanezca asustado, pero si escucho un «¡Ánimo, soy Yo!», la cosa cambia mucho. Porque una manifestación de Dios en mi vida es el mejor regalo que puedo tener, el saber que es Él quien me está hablando aleja todo miedo. Dios se manifiesta solamente porque me ama.

Jesús camina sobre las aguas no porque desea ser visto como el gran mago del mundo, sino porque sus apóstoles le necesitaban. Él se manifiesta solamente porque me ama. Puede ser que jamás entienda el cómo se mueve una imagen, cómo un hombre camina sobre las aguas, pero si puedo entender la razón por la que pasa todo eso, Él quiere entrar en mi barca, Él quiere estar en mi vida.

Por lo tanto, lo importante no es si Dios camina o no sobre las aguas sino el por qué lo hace, y esto hace que toda manifestación de Dios en mi vida sea lo más importante, sea sobrenatural o mágica, sea común u ordinaria, lo que importa es que Él camina hacia mí.

Puedo decir que Dios se manifiesta todos los días, pero hay algunos momentos específicos que me han marcado; una que ha calmado lo vientos en mi vida ha sido mi llamado al sacerdocio. ¿La tuya cuál es? ¿Te atreves a contarla?

 

 

«A través de estos episodios bíblicos, el Señor hoy nos habla a nosotros y nos pide que dejemos que nos libre de nuestros miedos. “Libres del miedo” es precisamente el tema elegido para este encuentro vuestro. “Libres del miedo”. El miedo es el origen de la esclavitud: los israelitas prefieren volverse esclavos por miedo. Es también el origen de toda dictadura, porque sobre el miedo del pueblo crece la violencia de los dictadores. Ante la maldad y la fealdad de nuestro tiempo, nosotros también, como el pueblo de Israel, tenemos la tentación de abandonar nuestro sueño de libertad. Sentimos un miedo legítimo ante situaciones que nos parecen sin salida. Y no bastan las palabras humanas de un líder o de un profeta para tranquilizarnos, cuando no logramos sentir la presencia de Dios y no somos capaces de abandonarnos a su providencia. Así, nos cerramos en nosotros mismos, en nuestras frágiles seguridades humanas, en el círculo de las personas amadas, en nuestra rutina tranquilizadora. Y al final renunciamos al viaje hacia la Tierra prometida para volver a la esclavitud de Egipto.»

(Homilía de S.S. Francisco, 15 de febrero de 20129).

 

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

 

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Contar a una persona esa manifestación de Dios en la propia vida, sea pequeña o grande, pero revivir el momento.

 

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

 

¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!

 

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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