Miércoles 8 de junio de 2022 – «La nueva Ley»

Raphael Meyer, LC

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Jesús, tu anhelo por mí es mucho mayor que el anhelo que tengo de buscarte a ti. Permíteme encontrarte en este tiempo de oración para que siempre crezcas en mi y yo crezca en la unidad contigo.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 17-19

«No creáis que he venido a abolir la ley o los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres, será el menos importante en el Reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el Reino de los cielos».

Palabra del Señor.  

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

En el Evangelio de hoy vemos la economía de Dios de una manera maravillosa. Dios dio a los israelitas reglas con las que los condujo por el camino de la libertad. Al igual que una madre suele dar reglas claras a sus hijos pequeños, puede relajarlas cada vez más a medida que éstos crecen, en la medida en que las hayan interiorizado. Dios nos educa de la misma manera. Nos da una dirección clara a seguir. Cuando Jesús viene, no rechaza los mandamientos, los cumple. No abroga lo antiguo, sino que lo cumple, lo hace todo nuevo (Rev 21,5). También nos da una nueva ley. Agustín dice que así como «la ley de las obras estaba inscrita en tablas de piedra, la ley de la fe está inscrita en el corazón de los creyentes».

Es una ley de la que habla Jeremías. «Pondré mi ley dentro de ellos y la escribiré en sus corazones» (Jer 31,33). Viene de dentro, se infunde. Esta ley consiste en la gracia del Espíritu Santo, que se recibe por la fe en Cristo y actúa por la caridad. Con esta nueva ley podemos vivir las virtudes y especialmente la caridad. Con esta nueva ley, Jesús nos da la posibilidad de ser libres y felices. Es la promesa de que le pertenecemos y de que ha grabado el deseo hacia Él en nuestro corazón. Si lo buscamos lo encontraremos, la brújula es la ley interior que nos lleva a Él. Y cuando nos ha encontrado, ya no necesitamos leyes.

«Cuando se dice de una persona que tiene la lengua de serpiente, ¿qué se quiere decir? Que sus palabras matan. Por lo tanto, no sólo no hay que atentar contra la vida del prójimo, sino que tampoco hay que derramar sobre él el veneno de la ira y golpearlo con la calumnia. Ni tampoco hablar mal de él. Llegamos a las habladurías: las habladurías, también, pueden matar, porque matan la fama de las personas. ¡Es tan feo criticar! Al inicio puede parecer algo placentero, incluso divertido, como chupar un caramelo. Pero al final, nos llena el corazón de amargura, y nos envenena también a nosotros. Os digo la verdad, estoy convencido de que si cada uno de nosotros hiciese el propósito de evitar las críticas, al final llegaría a ser santo. ¡Es un buen camino! ¿Queremos ser santos? ¿Sí o no?». (S.S. Francisco, Ángelus del 16 de febrero de 2014).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación. 

Hoy escucharé la ley interior que Jesús ha puesto dentro de mí, la que me dice que haga el bien y evite el mal.

Despedida 

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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