«No se dejen arrancar la esperanza del Evangelio»

El Card. Francisco Robles Ortega, ordena dos diáconos legionarios de Cristo en Guadalajara.

En las próximas semanas se celebrarán ordenaciones diaconales de legionarios de Cristo en Brasil y USA, que se suman a las ordenaciones realizadas en Roma, Alemania, Estados Unidos, Francia, Chile, Ciudad de México y Monterrey.

Guadalajara, Jalisco, 9 de julio de 2016.- El Card. Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, ha ordenado diáconos a dos legionarios de Cristo en la parroquia de San Francisco Javier de las Colinas, en Colinas de San Javier.

Los dos nuevos diáconos, Diego Arregui y Luis Antonio López son originarios de Guadalajara y serán ordenados sacerdotes el 10 de diciembre en Roma.

En la celebración, el P. Emilio Díaz-Torre, L.C., director territorial de Monterrey, agradeció al Cardenal Robles Ortega, a los familiares y amigos participar en estas ordenaciones: “Es motivo de gran alegría para nosotros como Legionarios y como miembros del Movimiento Regnum Christi, contar hoy con su presencia paternal en esta celebración en la que conferirá la ordenación diaconal a dos hermanos nuestros. Le agradecemos mucho a Usted, Eminencia, que esté aquí presente y que comparta con nosotros el gozo de ver entrar a estos hermanos nuestros en el misterio del Corazón misericordioso de Cristo, que tanto nos ama y que se entrega por cada uno de nosotros… Agradecemos de modo especial también la generosidad de sus familias y el apoyo que les han dado a lo largo de estos años de formación.”

Durante la homilía, el Card. Robles expresó a los nuevos Diáconos: “Fortalecidos con el don del Espíritu Santo, ayudarán al obispo y  a su presbiterio en el anuncio de la palabra, en el servicio del altar y en el ministerio de la caridad, mostrándose servidores de todos.”

Pidió a los nuevos diáconos: “No se dejen arrancar la esperanza del Evangelio, al que deben no sólo escuchar, sino además servir. Viviendo el misterio de la fe, con alma limpia, muestren en sus obras la palabra que proclaman”.

Por su parte, el diácono Diego Arregui dijo en entrevista: “Agradezco mucho a Dios permitirme llegar a este momento, a mis padres y hermanos, a mis abuelitas, a los Padres Legionarios y al Regnum Christi. Invito a todos los jóvenes a plantearse altos ideales y ser generosos con Dios”.

Además de los legionarios que viven en Guadalajara, acompañaron a los nuevos diáconos algunos familiares de diversas partes y amigos. Asistieron también miembros consagrados, laicos del Regnum Christi y Padres Legionarios de Cristo que concelebraron en la santa Misa.

¿Quiénes son los nuevos diáconos?

El P. Luis Antonio López, L.C., nació en Guadalajara, Jalisco. Es el menor de 6 hermanos. Entró en el centro vocacional del los Legionarios de Cristo en la Ciudad de México. Ingresó al noviciado de Salamanca, España en el 2001 y tras la primera profesión en el 2003 fue enviado a Cheshire (USA) para estudiar humanidades clásicas. En el 2005 se trasladó a Roma donde estudió dos años de filosofía. De 2007 a 2011 ayudó en la formación de los seminaristas menores en Sao Paolo (Brasil) y en la ciudad de Guadalajara (México). En el 2011 regresó a Roma para terminar sus estudios de filosofía y teología. El P. Luis Antonio comenzará su ministerio diaconal en Italia.

Comenta en este día: “Mi gratitud la dirijo en modo especial a mi familia, y también a mis formadores que me han asistido en estos años y que han sabido ser instrumentos de Dios. Gracias a su entrega y su comprensión he podido salir adelante superando los diversos obstáculos que se han ido presentando en estos años. Dios es fiel y puedo atestiguar que en ningún momento me ha abandonado. Pido a María el don de la perseverancia en este camino”.

Diego Arregui Castelló nació en Guadalajara, Jalisco. Es el segundo de una familia de cuatro hijos. De sus padres recibió la vida y la fe, y un ejemplo de grande amor por Dios nuestro Señor. Ingresó al seminario menor de los Legionarios de Cristo en la Cd. de México durante la preparatoria. Hizo el noviciado en Irlanda y profesó sus primeros votos en 2003. Estudió humanidades clásicas en España, y después filosofía en Italia. Durante sus años de pastoral fue parte del equipo de formadores del Noviciado de Cheshire, Estados Unidos. Iniciará su servicio como diácono en Caracas, Venezuela.

El diácono Diego Arregui Castelló nos comparte: “Estoy muy agradecido con Dios por haberme llamado al sacerdocio en la Legión de Cristo. Desde pequeño respiré en mi familia un ambiente de fe muy real. Tengo dos hermanos y una hermana, a los que les debo mucho. Mis dos abuelitas han sido un ejemplo para mí de fortaleza y de amor a la voluntad de Dios. Ellas nos transmitieron también la devoción a la Virgen María y al Sagrado Corazón. Estudié con los Legionarios, por lo que los conocía y apreciaba mucho”.

Documentación sobre los Legionarios de Cristo

La Legión de Cristo es una congregación religiosa de derecho pontificio fundada en 1941. A final del año 2015 cuenta con 959 sacerdotes y 687 religiosos en formación. Está presente en 21 países. Busca formar apóstoles, líderes cristianos al servicio de la Iglesia y de Jesucristo, para contribuir a la edificación de la civilización del amor. Forma parte del Movimiento Regnum Christi. Ejerce su apostolado en el campo de la educación, la formación de los jóvenes y adolescentes, la familia, las obras de caridad cristiana, las misiones y los medios de comunicación, principalmente.

Documentación sobre los diáconos (del Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 1569-1570)

1569 «En el grado inferior de la jerarquía están los diáconos, a los que se les imponen las manos «para realizar un servicio y no para ejercer el sacerdocio»» (LG 29; cf CD 15). En la ordenación al diaconado, sólo el obispo impone las manos, significando así que el diácono está especialmente vinculado al obispo en las tareas de su «diaconía» (cf San Hipólito Romano,Traditio apostolica 8).

1570 Los diáconos participan de una manera especial en la misión y la gracia de Cristo (cf LG41; AG 16). El sacramento del Orden los marco con un sello («carácter») que nadie puede hacer desaparecer y que los configura con Cristo que se hizo «diácono», es decir, el servidor de todos (cf Mc 10,45; Lc 22,27; San Policarpo de Esmirna, Epistula ad Philippenses 5, 25,2). Corresponde a los diáconos, entre otras cosas, asistir al obispo y a los presbíteros en la celebración de los divinos misterios sobre todo de la Eucaristía y en la distribución de la misma, asistir a la celebración del matrimonio y bendecirlo, proclamar el Evangelio y predicar, presidir las exequias y entregarse a los diversos servicios de la caridad (cf LG 29; cf. SC 35,4;AG 16).

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