«Dios está aquí» Procesión de la Divina Pastora en Venezuela
El pasado 14 de enero, se dieron cita en la ciudad de Barquisimeto los miembros del Regnum Christi de las diferentes localidades de Venezuela, con el fin de vivir en un ambiente de familia y oración la tradicional procesión de la Divina Pastora que cada año reúne a más de un millón de personas.
El P. Josef Hare, L.C. nos cuenta cómo fue esta experiencia para él:
«En los casi cinco años que llevo en Venezuela este año fue la primera vez que pude participar en la peregrinación. Todos los años personas conocidas regresan contando maravillas de su experiencia y el ambiente espiritual que se respira allí. Fui con una gran expectativa.
Después de haberlo experimentado en primera persona, puedo decir que hay muchos momentos especiales pero que lo que se percibe sobre todo es el manto de la gracia de Dios con el que la Santísima Virgen nos cubre y nos invita a ponernos en sus manos y a dejarle a ella todas nuestros planes y preocupaciones.
El día anterior a la procesión, por una serie de conversaciones y eventos me quedé pensando y pidiendo mucho por Venezuela y su futuro, y más en concreto por las personas que Dios me da la gracia inmerecida de acompañar en el día a día.
También, por alguna razón, traía muy presente el ejemplo del sacerdote que se ofreció a sí mismo por su rebaño, que tiene mucho que ver con los inicios de la devoción a la Divina Pastora en Barquisimeto, en un momento de gran sufrimiento de la población.
Ese mismo día pude subir al manto de la Virgen y palpar, por medio de este monumento físico, cómo ella vela espiritualmente por sus hijos.
Con todo esto como clima espiritual comenzamos la misa con los miembros y amigos del Regnum Christi el domingo por la mañana. El canto de entrada era uno que estoy seguro que he escuchado miles de veces sin que me inspirara demasiada devoción, pero esta vez me llegó con una fuerza especial.
«Dios está aquí, tan cierto como el aire que respiro, tan cierto como la mañana se levanta, tan cierto como yo te hablo y me puedes oir».
Contemplaba los rostros de los presentes y veía tantas personas que Dios había tocado por medio del Movimiento, los colegios, los encuentros de la providencia, y tantas personas que en las afueras de la Iglesia se dirigían hacia la procesión.
Me vino entonces una certeza enorme de que Dios está aquí, y que quiere esta maravilla que estábamos viviendo allí, que quiere este país, y que vale la pena todo esfuerzo para mantener encendida la esperanza.
¡Dios nunca abandona y se hace presente de tantas maneras! Sólo que muchas veces necesitamos el toque maternal de María para desvelar esta verdad que es ‘tan cierto como el aire que respiro…’.
Después de la misa tuve la gracia de estar confesando durante 4 ó 5 horas y poder compartir algo de esta certeza que Dios me había reafirmado durante la Misa. En muchas almas se veía la acción de la Virgen que les iba preparando y enviando al tribunal de la misericordia.
Regreso de esta experiencia con una gran paz y la gran certeza de que Dios está aquí y de que en medio de todo lo que este año que comienza puede traer, vamos seguros si caminos bajo el manto de nuestra Divina Pastora. ¡Dios está aquí!
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