Proyección del documental: El Papa Francisco, un hombre de palabra
El Instituto de Atención a Religiosas (IDAR) convocó en Mérida a religiosas, seminaristas y sacerdotes a la proyección del documental El Papa Francisco, un hombre de palabra con una asistencia de 300 personas.
Mons. Gustavo Rodríguez Vega, arzobispo de Yucatán, dio la introducción y bienvenida y Mons. Emilio Carlos Berlié Belauzarán, arzobispo emérito de Yucatán, realizó la oración final y una pequeña reflexión sobre la película.
El Papa Francisco: un hombre de palabra, es una co-producción realizada con el Vaticano. Las ideas y el mensaje del Papa Francisco son el tema principal de este documental, donde se presentan sus objetivos de reforma y comparte sus opiniones sobre cuestiones que afectan a la sociedad actual, como la muerte, la justicia social, la inmigración, la ecología, la desigualdad económica, el materialismo y la importancia de la familia.
Es una película realizada con el Papa Francisco y no sobre el Papa Francisco.
«La película muestra un bello testimonio del pontificado vivido por el Papa Francisco durante estos seis años. El Santo Padre, muchas veces ha sido atacado por sus opositores, quienes han tergiversado sus palabras o mal interpretado sus acciones. A través de este filme se puede ver claramente cómo es el mismo corazón de Jesús el que anima y vive en el Papa Francisco, quien al estilo de uno de los más humildes apóstoles de Cristo, San Francisco de Asís, nos da una contundente catequesis para nuestros tiempos: “todos somos hermanos, hijos de nuestro gran padre Dios, y estamos llamados a convivir, compartir y cuidar de nuestros hermanos, incluyendo nuestro maravilloso planeta˝», Hna. Conny de las Clarisas Capuchinas.
«Agradecí a nuestro buen Dios, su cuidado, amor y misericordia en la persona de nuestro Santo Padre, el Papa Francisco. Cada tiempo tiene su propia necesidad y belleza, es edificante su persona, testimonio y evangelización. De una manera tan sencilla y cercana, toca los corazones desde el grande hasta el más pequeño. Sus palabras, gestos y silencios me impresionaron. Un silencio orante, lleno de la presencia de Dios.
En una de sus visitas apostólicas a cierta ciudad y ante lo que había sufrido y perdido el pueblo, debido a los estragos de la naturaleza, Él les dice: «perdónenme por no saber qué decirles, estoy con ustedes en este momento que lo han perdido todo, pero aún así, siempre podemos recibir a alguien. Hizo un silencio sagrado ante el dolor y sufrimiento de esa gente. Son silencios llenos de la presencia de Dios y, esto me llenó de gozo y me motivó a seguir con fidelidad mi vida de silencio y oración, ¡Nunca vacía!
También ese descalzarse y unificarse con todas las tradiciones o modos de orar con las personas con las que se ha ido encontrando en su pontificado: su humildad, paciencia, bondad y misericordia. Un Papa que ve al futuro, poniendo muy bien los pies en el presente y perdonando el pasado. A todos nos habla y nos pide cambios con la esperanza puesta en Dios y mirada de fe. Él nos sostiene en el amor al prójimo. Oramos siempre por nuestro Santo Padre, El Papa Francisco», Sor Leticia González Ruiz de las Adoratrices Perpetuas del Santísimo Sacramento.