discípulos

Sábado 15 de febrero de 2020 – Lo que tengo te lo doy.

H. Axel Hernández, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, ayúdame a confiar en Ti sin límites.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 8, 1-10
Uno de aquellos días, vio Jesús que lo seguía mucha gente y no tenían que comer. Entonces llamó a sus discípulos y les dijo: «Me da lástima de esta gente; ya llevan tres días conmigo y no tienen qué comer. Si los mando a sus casas en ayunas, se van a desmayar por el camino. Además, algunos han venido desde lejos.
Sus discípulos le respondieron: «¿Y de dónde se puede conseguir pan, aquí en despoblado, para que coma tanta gente?» Él les preguntó: «¿Cuántos panes tienen?» Ellos le contestaron: «Siete».
Jesús mandó a la gente que se sentara en el suelo, tomó los siete panes, pronunció la acción de gracias, los partió y se los fue dando a sus discípulos para que los distribuyeran. Y ellos los fueron distribuyendo entre la gente.
Tenían, además, unos cuantos pescados. Jesús los bendijo también y mandó que los distribuyeran. La gente comió hasta quedar satisfecha, y todavía se recogieron siete canastos de sobras. Eran unos cuatro mil. Jesús los despidió y luego se embarcó con sus discípulos llegó a la región de Dalmanuta.
Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Señor, cuántas veces me pongo límites al ver los pocos talentos que tengo. Me comparo con otras personas y me desanimo porque yo no tengo aquello que el otro sí tiene y me gustaría tener. Me pides hacer algo y volteo a ver mis pocos panes y peces que tengo. Claramente soy consciente que con lo que tengo por mi propia cuenta, no podría cumplir lo que me pides, y a pesar de ello, yendo contra toda lógica humana, me pides lo poco que tengo para así poder obrar milagros a través de un acto de confianza total en Ti. Señor, ayúdame a descubrir cuáles son eso pocos panes y peces que tengo, con los que deseas demostrar a las personas cuánto los amas.
Jesús, soy feliz, no porque lo tenga todo sino porque el que lo tiene todo me ama. ¿A qué debo tenerle miedo?  A veces me toca ser el que da y otras veces el que recibe. Jesús, ayúdame a confiar en Ti sin límites y a no ponerte barreras en lo que Tú me pides.

«La compasión no es un sentimiento de pena, sino que supone involucrarse en el problema de los demás, es jugarse la vida allí, como el Señor. En la multiplicación de los panes, en la que Jesús pidió a los discípulos que dieran de comer a la multitud y ante lo que ellos reaccionaron con prudencia. El Señor tuvo compasión porque veía a aquellas personas como ovejas sin pastor y resaltó el gesto compasivo de Jesús frente al egoísmo de los discípulos que buscan una solución, pero sin compromiso, que no se ensucian las manos, como diciendo ‘que esta gente se las arregle’. ¿Normalmente miro hacia otro lado? ¿O dejo que el Espíritu Santo me lleve por el camino de la compasión?
(Homilía de S.S. Francisco, 17 de septiembre de 2019, en santa Marta).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Ver cómo puedo ayudar compasivamente a una persona el día de hoy, con los talentos que Dios me ha dado.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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