tu nombre en vano

Sábado 17 de junio – Tu nombre nunca en vano.

H. Iván Yoed González, L.C.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Jesús, estoy en un mundo rodeado de invitaciones a seguir el camino del egoísmo, del menor esfuerzo, de la mentira, por eso inicio esta oración pidiéndote perdón por las veces que te he traicionado. Permite que pueda descubrir ahora el camino para amar a los demás como Tú quieres, concédeme conocerte más profundamente para poder enamorarme más de Ti y dar gloria a Dios amando a los demás.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 5, 33-37

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No jurarás en falso y le cumplirás al Señor lo que le hayas prometido con juramento. Pero yo les digo: No juren de ninguna manera, ni por el cielo, que es trono de Dios; ni por la tierra, porque es donde él pone los pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del gran Rey.

Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro uno solo de tus cabellos. Digan simplemente sí, cuando es sí; y no, cuando es no. Lo que se diga de más, viene del maligno”.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Señor, te pido la gracia de jamás obrar en tu nombre si no busco el bien. Y te pido buscar siempre el bien en tu nombre. Nada, ningún acto de mi vida, es indiferente para crecer en el amor. Ningún acto que no vaya dirigido a hacer el bien te es indiferente. Ningún acto de amor te es indiferente. Pero si alguna vez digo hacer el bien, pero realizo el mal conscientemente, te ofendo, Señor. Y me ofendo a mí mismo también pues soy imagen y semejanza tuya.
El don de la sinceridad es lo que quiero pedirte, Señor. Una sinceridad que tenga sus raíces en lo más profundo de mi alma. Que viva siempre con la intención de obrar en la verdad. Que no me deje vencer ante la tentación de la mentira, de los caminos fáciles, de la vida placentera. Que mi faro sea siempre tu luz.
Si perdiese algún día la claridad, confío, Señor, que aun allí estaré en tus manos. Pongo de mi parte toda mi voluntad, mi libertad, mi amor, mis deseos, mis ilusiones y proyectos para buscar tenerte siempre como fin. Jamás tu nombre en vano, jamás. Que siempre te encuentres en mi corazón para que mis labios digan sí, cuando es sí, y no cuando es no.

«Jesús dice además a sus discípulos que no juren, en cuanto el juramento es señal de la inseguridad y de la doblez con la cual se desarrollan las relaciones humanas. Se instrumentaliza la autoridad de Dios para dar garantía a nuestras actividades humanas. Más bien estamos llamados a instaurar entre nosotros, en nuestras familias y en nuestras comunidades un clima de limpieza y de confianza recíproca, de manera que podemos ser considerados sinceros sin recurrir a intervenciones superiores para ser creídos.»
(Homilía de S.S. Francisco, 12 de febrero de 2017).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy no obraré con doblez o mentira; buscaré activamente el amor, siendo sincero y franco con lo que hago, digo y pienso.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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