Sábado 20 de febrero – Que la misericordia guíe nuestras actividades.

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, creo que estás aquí conmigo, humildemente me arrodillo ante Ti para alabarte y decirte cuánto te quiero. Confío que con tu gracia pueda ser capaz de vivir tu  mandamiento de Amor para así ser un misionero de tu misericordia.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 5, 43-48

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Han oído ustedes que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre los buenos y los malos, y manda su lluvia sobre los justos y los injustos.

Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen eso mismo los publicanos? Y si saludan tan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen eso mismo los paganos? Ustedes, pues, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto”.

Palabra del Señor.

Reflexiona lo que Dios te dice en el Evangelio (te sugerimos leer esto que dijo el Papa)

«La misericordia no es un sentimiento pasajero, sino la síntesis de la Buena Noticia; es la opción de los que quieren tener los sentimientos del Corazón de Jesús, de quien quiere seriamente seguir al Señor, que nos pide: “Sed misericordiosos como vuestro Padre”. El Padre Hermes Ronchi dice: “Misericordia: escándalo para la justicia, locura para la inteligencia, consuelo para nosotros, los deudores. La deuda de existir, la deuda de ser amados, sólo se paga con la misericordia”.

Así pues, que sea la misericordia la que guíe nuestros pasos, la que inspire nuestras reformas, la que ilumine nuestras decisiones. Que sea el soporte maestro de nuestro trabajo. Que sea la que nos enseñe cuándo hemos de ir adelante y cuándo debemos dar un paso atrás. Que sea la que nos haga ver la pequeñez de nuestros actos en el gran plan de salvación de Dios y en la majestuosidad y el misterio de su obra.

Para ayudarnos a entender esto, dejémonos asombrar por la bella oración, comúnmente atribuida al beato Oscar Arnulfo Romero, pero que fue pronunciada por primera vez por el Cardenal John Dearden.» (Discurso de S.S. Francisco, Leer la oración pronunciada el 21 de diciembre de 2015 ).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

 Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Aprovechando la flexibilidad de horarios y obligaciones del fin de semana, voy hacer algo extraordinario para vivir la misericordia. Pediré luz al Espíritu Santo para descubrir qué es ese «algo» que debo hacer.

 

«No alcanzamos la gracia sí no la buscamos, porque no se conceden los dones de lo alto a los que los menosprecian. Llamad por medio de la oración, de los ayunos y de las limosnas. De la misma manera que quien llama a una puerta no llama sólo con la voz, así el que hace buenas obras llama también con ellas.»

(San Juan Crisóstomo, en Catena Aurea)

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