Sábado 23 de enero – Saber reconocer el rostro de la misericordia de Dios.

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Jesús, no me conformo con conocerte superficialmente. Deseo ardientemente tener en esta oración un conocimiento experimental de tu misericordioso Corazón, para que seas el centro de mi vida, mi gran amigo y la gran razón de mi existencia.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Marcos 3, 20-21

En aquel tiempo, Jesús entró en una casa con sus discípulos y acudió tanta gente, que no los dejaban ni comer. Al enterarse sus parientes, fueron a buscarlo, pues decían que se había vuelto loco.

Palabra del Señor.

Reflexiona lo que Dios te dice en el Evangelio (te sugerimos leer esto que dijo el Papa)

«La fe no es una cosa decorativa, ornamental; vivir la fe no es decorar la vida con un poco de religión, como si fuese un pastel que se lo decora con nata. No, la fe no es esto. La fe comporta elegir a Dios como criterio- base de la vida, y Dios no es vacío, Dios no es neutro, Dios es siempre positivo, Dios es amor, y el amor es positivo. Después de que Jesús vino al mundo no se puede actuar como si no conociéramos a Dios. Como si fuese una cosa abstracta, vacía, de referencia puramente nominal; no, Dios tiene un rostro concreto, tiene un nombre: Dios es misericordia. […]

Queridos amigos, también entre los parientes de Jesús hubo algunos que a un cierto punto no compartieron su modo de vivir y de predicar, nos lo dice el Evangelio. Pero su Madre lo siguió siempre fielmente, manteniendo fija la mirada de su corazón en Jesús, el Hijo del Altísimo, y en su misterio. Y al final, gracias a la fe de María, los familiares de Jesús entraron a formar parte de la primera comunidad cristiana. Pidamos a María que nos ayude también a nosotros a mantener la mirada bien fija en Jesús y a seguirle siempre, incluso cuando cuesta.» (Homilía de S.S. Francisco, 18 de agosto de 2013).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama. 

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Rezar el ángelus, preferentemente en familia, pidiendo la intercesión de la Virgen para saber vivir intensamente el Jubileo de la misericordia.

 

«No hay duda de que cuantas alabanzas dirigimos a la Virgen Madre pertenecen al Hijo; y que, igualmente, cuando honramos al Hijo no nos apartamos de la gloria de la Madre.»

(San Bernardo, Homilía sobre la Virgen María, 4)

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