Sábado 23 de junio de 2018 – Sobre todo buscad el Reino de Dios y su justicia.
H. David Mauricio Sánchez Mejía, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Gracias, Señor, por darme un día más de vida, por darme la oportunidad de acercarme cada vez más a Ti. Ayúdame a darme cuenta que Tú debes ser el centro de mi vida alrededor del cual todas las otras preocupaciones deben girar.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 6, 24-34
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o bien obedecerá al primero y no le hará caso al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero.
Por eso les digo que no se preocupen por su vida, pensando qué comerán o con qué se vestirán. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo, que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes más que ellas? ¿Quién de ustedes, a fuerza de preocuparse, puede prolongar su vida siquiera un momento?
¿Y por qué se preocupan del vestido? Miren cómo crecen los lirios del campo, que no trabajan ni hilan. Pues bien, yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vestía como uno de ellos. Y si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy florece y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe?
No se inquieten, pues, pensando: ¿Qué comeremos o qué beberemos o con qué nos vestiremos? Los que no conocen a Dios se desviven por todas estas cosas; pero el Padre celestial ya sabe que ustedes tienen necesidad de ellas. Por consiguiente, busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura. No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Jesus quiere que no seamos presa de las preocupaciones y angustias del mundo. Por eso, nos invita a contemplar los animales del campo, la naturaleza, y a darnos cuenta de que Dios es quien los cuida y alimenta. Parece decirnos: «No te preocupes por el trabajo o el vestido. ¡Relájate! Yo me preocupo por ti».”
«Demasiado bueno para ser verdad» pensamos nosotros o, por lo menos, no lo tomamos lo suficientemente en serio. ¿Cómo podríamos no preocuparnos por nuestro bienestar, si vemos que lo que no conseguimos nadie nos lo da? ¿Cómo no angustiarme cuando tengo que pagar la renta y no tengo dinero? ¿Cómo no desanimarme cuando alguien que amo está enfermo?
H. David Mauricio Sánchez Mejía, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Gracias, Señor, por darme un día más de vida, por darme la oportunidad de acercarme cada vez más a Ti. Ayúdame a darme cuenta que Tú debes ser el centro de mi vida alrededor del cual todas las otras preocupaciones deben girar.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 6, 24-34
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o bien obedecerá al primero y no le hará caso al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero.
Por eso les digo que no se preocupen por su vida, pensando qué comerán o con qué se vestirán. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo, que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes más que ellas? ¿Quién de ustedes, a fuerza de preocuparse, puede prolongar su vida siquiera un momento?
¿Y por qué se preocupan del vestido? Miren cómo crecen los lirios del campo, que no trabajan ni hilan. Pues bien, yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vestía como uno de ellos. Y si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy florece y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe?
No se inquieten, pues, pensando: ¿Qué comeremos o qué beberemos o con qué nos vestiremos? Los que no conocen a Dios se desviven por todas estas cosas; pero el Padre celestial ya sabe que ustedes tienen necesidad de ellas. Por consiguiente, busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura. No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Jesus quiere que no seamos presa de las preocupaciones y angustias del mundo. Por eso, nos invita a contemplar los animales del campo, la naturaleza, y a darnos cuenta de que Dios es quien los cuida y alimenta. Parece decirnos: «No te preocupes por el trabajo o el vestido. ¡Relájate! Yo me preocupo por ti».”
«Demasiado bueno para ser verdad» pensamos nosotros o, por lo menos, no lo tomamos lo suficientemente en serio. ¿Cómo podríamos no preocuparnos por nuestro bienestar, si vemos que lo que no conseguimos nadie nos lo da? ¿Cómo no angustiarme cuando tengo que pagar la renta y no tengo dinero? ¿Cómo no desanimarme cuando alguien que amo está enfermo?
Jesús nos muestra el camino cuando nos pide que busquemos primero a Dios. Nos pide que tengamos los ojos fijos en Él y nos promete que así llegaremos a la plenitud que tanto anhelamos. Es verdad, nosotros tendremos que seguir trabajando, haciendo esfuerzos para pagar la renta, o incluso para acompañar aquellos enfermos, pero la prioridad no estará en aquello que hacemos, sino que Dios nos dará un corazón libre para amar y bendecirá todas nuestras acciones.
«Es realmente un amor sorprendente y misterioso, porque donándonos Jesús como Pastor que da la vida por nosotros, ¡el Padre nos ha dado todo lo más grande y precioso que podía darnos! Es el amor más alto y más puro, porque no está motivado por ninguna necesidad, no está condicionado por ningún cálculo, no es atraído por ningún deseo de intercambio interesado. Frente a este amor de Dios, nosotros experimentamos una alegría inmensa y nos abrimos al reconocimiento por lo que hemos recibido gratuitamente.
Pero contemplar y dar gracias no basta. Es necesario también seguir al Buen Pastor.»
(Homilía de S.S. Francisco, 26 de abril de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Dedicaré algún tiempo antes de dormir para poner delante de Dios mis preocupaciones del día y para pedirle que me ayude a ponerlo siempre a Él primero.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
H. David Mauricio Sánchez Mejía, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Gracias, Señor, por darme un día más de vida, por darme la oportunidad de acercarme cada vez más a Ti. Ayúdame a darme cuenta que Tú debes ser el centro de mi vida alrededor del cual todas las otras preocupaciones deben girar.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 6, 24-34
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o bien obedecerá al primero y no le hará caso al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero.
Por eso les digo que no se preocupen por su vida, pensando qué comerán o con qué se vestirán. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo, que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes más que ellas? ¿Quién de ustedes, a fuerza de preocuparse, puede prolongar su vida siquiera un momento?
¿Y por qué se preocupan del vestido? Miren cómo crecen los lirios del campo, que no trabajan ni hilan. Pues bien, yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vestía como uno de ellos. Y si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy florece y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe?
No se inquieten, pues, pensando: ¿Qué comeremos o qué beberemos o con qué nos vestiremos? Los que no conocen a Dios se desviven por todas estas cosas; pero el Padre celestial ya sabe que ustedes tienen necesidad de ellas. Por consiguiente, busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura. No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Jesus quiere que no seamos presa de las preocupaciones y angustias del mundo. Por eso, nos invita a contemplar los animales del campo, la naturaleza, y a darnos cuenta de que Dios es quien los cuida y alimenta. Parece decirnos: «No te preocupes por el trabajo o el vestido. ¡Relájate! Yo me preocupo por ti».”
«Demasiado bueno para ser verdad» pensamos nosotros o, por lo menos, no lo tomamos lo suficientemente en serio. ¿Cómo podríamos no preocuparnos por nuestro bienestar, si vemos que lo que no conseguimos nadie nos lo da? ¿Cómo no angustiarme cuando tengo que pagar la renta y no tengo dinero? ¿Cómo no desanimarme cuando alguien que amo está enfermo?
Jesús nos muestra el camino cuando nos pide que busquemos primero a Dios. Nos pide que tengamos los ojos fijos en Él y nos promete que así llegaremos a la plenitud que tanto anhelamos. Es verdad, nosotros tendremos que seguir trabajando, haciendo esfuerzos para pagar la renta, o incluso para acompañar aquellos enfermos, pero la prioridad no estará en aquello que hacemos, sino que Dios nos dará un corazón libre para amar y bendecirá todas nuestras acciones.
«Es realmente un amor sorprendente y misterioso, porque donándonos Jesús como Pastor que da la vida por nosotros, ¡el Padre nos ha dado todo lo más grande y precioso que podía darnos! Es el amor más alto y más puro, porque no está motivado por ninguna necesidad, no está condicionado por ningún cálculo, no es atraído por ningún deseo de intercambio interesado. Frente a este amor de Dios, nosotros experimentamos una alegría inmensa y nos abrimos al reconocimiento por lo que hemos recibido gratuitamente.
Pero contemplar y dar gracias no basta. Es necesario también seguir al Buen Pastor.»
(Homilía de S.S. Francisco, 26 de abril de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Dedicaré algún tiempo antes de dormir para poner delante de Dios mis preocupaciones del día y para pedirle que me ayude a ponerlo siempre a Él primero.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
H. David Mauricio Sánchez Mejía, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Gracias, Señor, por darme un día más de vida, por darme la oportunidad de acercarme cada vez más a Ti. Ayúdame a darme cuenta que Tú debes ser el centro de mi vida alrededor del cual todas las otras preocupaciones deben girar.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 6, 24-34
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o bien obedecerá al primero y no le hará caso al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero.
Por eso les digo que no se preocupen por su vida, pensando qué comerán o con qué se vestirán. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo, que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes más que ellas? ¿Quién de ustedes, a fuerza de preocuparse, puede prolongar su vida siquiera un momento?
¿Y por qué se preocupan del vestido? Miren cómo crecen los lirios del campo, que no trabajan ni hilan. Pues bien, yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vestía como uno de ellos. Y si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy florece y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe?
No se inquieten, pues, pensando: ¿Qué comeremos o qué beberemos o con qué nos vestiremos? Los que no conocen a Dios se desviven por todas estas cosas; pero el Padre celestial ya sabe que ustedes tienen necesidad de ellas. Por consiguiente, busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura. No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Jesus quiere que no seamos presa de las preocupaciones y angustias del mundo. Por eso, nos invita a contemplar los animales del campo, la naturaleza, y a darnos cuenta de que Dios es quien los cuida y alimenta. Parece decirnos: «No te preocupes por el trabajo o el vestido. ¡Relájate! Yo me preocupo por ti».”
«Demasiado bueno para ser verdad» pensamos nosotros o, por lo menos, no lo tomamos lo suficientemente en serio. ¿Cómo podríamos no preocuparnos por nuestro bienestar, si vemos que lo que no conseguimos nadie nos lo da? ¿Cómo no angustiarme cuando tengo que pagar la renta y no tengo dinero? ¿Cómo no desanimarme cuando alguien que amo está enfermo?
Jesús nos muestra el camino cuando nos pide que busquemos primero a Dios. Nos pide que tengamos los ojos fijos en Él y nos promete que así llegaremos a la plenitud que tanto anhelamos. Es verdad, nosotros tendremos que seguir trabajando, haciendo esfuerzos para pagar la renta, o incluso para acompañar aquellos enfermos, pero la prioridad no estará en aquello que hacemos, sino que Dios nos dará un corazón libre para amar y bendecirá todas nuestras acciones.
«Es realmente un amor sorprendente y misterioso, porque donándonos Jesús como Pastor que da la vida por nosotros, ¡el Padre nos ha dado todo lo más grande y precioso que podía darnos! Es el amor más alto y más puro, porque no está motivado por ninguna necesidad, no está condicionado por ningún cálculo, no es atraído por ningún deseo de intercambio interesado. Frente a este amor de Dios, nosotros experimentamos una alegría inmensa y nos abrimos al reconocimiento por lo que hemos recibido gratuitamente.
Pero contemplar y dar gracias no basta. Es necesario también seguir al Buen Pastor.»
(Homilía de S.S. Francisco, 26 de abril de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Dedicaré algún tiempo antes de dormir para poner delante de Dios mis preocupaciones del día y para pedirle que me ayude a ponerlo siempre a Él primero.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
H. David Mauricio Sánchez Mejía, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Gracias, Señor, por darme un día más de vida, por darme la oportunidad de acercarme cada vez más a Ti. Ayúdame a darme cuenta que Tú debes ser el centro de mi vida alrededor del cual todas las otras preocupaciones deben girar.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 6, 24-34
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o bien obedecerá al primero y no le hará caso al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero.
Por eso les digo que no se preocupen por su vida, pensando qué comerán o con qué se vestirán. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo, que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes más que ellas? ¿Quién de ustedes, a fuerza de preocuparse, puede prolongar su vida siquiera un momento?
¿Y por qué se preocupan del vestido? Miren cómo crecen los lirios del campo, que no trabajan ni hilan. Pues bien, yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vestía como uno de ellos. Y si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy florece y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe?
No se inquieten, pues, pensando: ¿Qué comeremos o qué beberemos o con qué nos vestiremos? Los que no conocen a Dios se desviven por todas estas cosas; pero el Padre celestial ya sabe que ustedes tienen necesidad de ellas. Por consiguiente, busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura. No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Jesus quiere que no seamos presa de las preocupaciones y angustias del mundo. Por eso, nos invita a contemplar los animales del campo, la naturaleza, y a darnos cuenta de que Dios es quien los cuida y alimenta. Parece decirnos: «No te preocupes por el trabajo o el vestido. ¡Relájate! Yo me preocupo por ti».”
«Demasiado bueno para ser verdad» pensamos nosotros o, por lo menos, no lo tomamos lo suficientemente en serio. ¿Cómo podríamos no preocuparnos por nuestro bienestar, si vemos que lo que no conseguimos nadie nos lo da? ¿Cómo no angustiarme cuando tengo que pagar la renta y no tengo dinero? ¿Cómo no desanimarme cuando alguien que amo está enfermo?
Jesús nos muestra el camino cuando nos pide que busquemos primero a Dios. Nos pide que tengamos los ojos fijos en Él y nos promete que así llegaremos a la plenitud que tanto anhelamos. Es verdad, nosotros tendremos que seguir trabajando, haciendo esfuerzos para pagar la renta, o incluso para acompañar aquellos enfermos, pero la prioridad no estará en aquello que hacemos, sino que Dios nos dará un corazón libre para amar y bendecirá todas nuestras acciones.
«Es realmente un amor sorprendente y misterioso, porque donándonos Jesús como Pastor que da la vida por nosotros, ¡el Padre nos ha dado todo lo más grande y precioso que podía darnos! Es el amor más alto y más puro, porque no está motivado por ninguna necesidad, no está condicionado por ningún cálculo, no es atraído por ningún deseo de intercambio interesado. Frente a este amor de Dios, nosotros experimentamos una alegría inmensa y nos abrimos al reconocimiento por lo que hemos recibido gratuitamente.
Pero contemplar y dar gracias no basta. Es necesario también seguir al Buen Pastor.»
(Homilía de S.S. Francisco, 26 de abril de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Dedicaré algún tiempo antes de dormir para poner delante de Dios mis preocupaciones del día y para pedirle que me ayude a ponerlo siempre a Él primero.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Es verdad, nosotros tendremos que seguir trabajando, haciendo esfuerzos para pagar la renta, o incluso para acompañar aquellos enfermos, pero la prioridad no estará en aquello que hacemos, sino que Dios nos dará un corazón libre para amar y bendecirá todas nuestras acciones.
«Es realmente un amor sorprendente y misterioso, porque donándonos Jesús como Pastor que da la vida por nosotros, ¡el Padre nos ha dado todo lo más grande y precioso que podía darnos! Es el amor más alto y más puro, porque no está motivado por ninguna necesidad, no está condicionado por ningún cálculo, no es atraído por ningún deseo de intercambio interesado. Frente a este amor de Dios, nosotros experimentamos una alegría inmensa y nos abrimos al reconocimiento por lo que hemos recibido gratuitamente.
Pero contemplar y dar gracias no basta. Es necesario también seguir al Buen Pastor.»
(Homilía de S.S. Francisco, 26 de abril de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Dedicaré algún tiempo antes de dormir para poner delante de Dios mis preocupaciones del día y para pedirle que me ayude a ponerlo siempre a Él primero.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.