Sábado 23 de octubre de 2021 – «La higuera misericordiada»
Héctor Cortés Reyes, LC
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor Jesús hoy quiero estar contigo, quiero escucharte, y quiero conocerte un poco más este día. Tú bien sabes cómo me encuentro ahora, mis sentimientos, mis ilusiones, mis miedos, sabes lo que ha pasado últimamente en mi vida. Tú lo sabes todo Jesús, y todo esto quiero ponerlo en tus manos, lo bueno y lo malo, todo te lo ofrezco en este nuevo día. Amén.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 13, 1-9
En aquella ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les contestó: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera”.
Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: ‘Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?’. Pero el viñador contestó: ‘Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas’”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¿Cuántas veces nos hemos sentido como la higuera del Evangelio? Una higuera que no da ningun fruto, una higuera en la que por más que han trabajado en ella, parece que no tiene más que dar.
Sin embargo, Dios no se cansa de trabajar en el interior de nuestro corazón. A pesar de que no se vean los frutos en el momento o cuando pasa algo de tiempo, Dios está ahí preparando la tierra. Dios no se cansa de trabajar en tu alma. Sólo te pide una cosa, paciencia.
Así que cuando veas tus propios defectos o continuos fallos, recuerda que hay alguien trabajando en tu interior. Y no te desesperes, ni tampoco te desanimes. Dios está contigo. Hay que seguir cooperando con su gracia y hacer todo lo que esté de nuestra parte.
«El viñador manifiesta la misericordia de Dios, que nos deja un tiempo para la conversión. Todos necesitamos convertirnos, dar un paso adelante, y la paciencia de Dios, la misericordia, nos acompaña en esto. A pesar de la esterilidad, que a veces marca nuestra existencia, Dios tiene paciencia y nos ofrece la posibilidad de cambiar y avanzar por el camino del bien. Pero la prórroga implorada y concedida mientras se espera que el árbol finalmente fructifique, también indica la urgencia de la conversión».
(S.S. Francisco, Angelus, 24 de marzo de 2019).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy no te desesperes ante tus fallos personales, date la oportunidad de verte a ti mismo con los ojos misericordiosos de Dios.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.