Sábado 24 de julio de 2021 – Separar el trigo de la cizaña
H. Juan Pablo García Hincapié, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor Jesús, te doy gracias por darme un momento para estar contigo. Te pido me des la gracia de acercarme cada vez más a Ti para poder compartir mis deseos, mis anhelos, mis angustias, pero, sobre todo, la necesidad más grande que tengo que es de encontrarme con tu Amor y poder transmitirlo con sencillez a cada una de las personas que me rodeen durante este día.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 13, 24-30
En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la muchedumbre: «El Reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras los trabajadores dormían, llegó un enemigo del dueño, sembró cizaña entre el trigo y se marchó. Cuando crecieron las plantas y se empezaba a formar la espiga, apareció también la cizaña.
Entonces los trabajadores fueron a decirle al amo: ‘Señor, ¿qué no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, salió esta cizaña?’. El amo les respondió: ‘De seguro lo hizo un enemigo mío’. Ellos le dijeron: ‘¿Quieres que vayamos a arrancarla?’. Pero él les contestó: ‘No. No sea que al arrancar la cizaña, arranquen también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta el tiempo de la cosecha y, cuando llegue la cosecha, diré a los segadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en gavillas para quemarla; y luego almacenen el trigo en mi granero’ «.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Muchas veces notamos en nuestra vida que hay cosas que no van bien y entendemos que hay que reflexionar en dónde se encuentra nuestro corazón. Nos damos cuenta de las cosas buenas, pero también de nuestros defectos, miserias y pecados. Cuando nos encontramos día a día con la misericordia de Dios percibimos lo que llamamos «cizaña», tan difícil de arrancar en nuestra vida, que se convierte en aquello que Dios permite que crezca junto con el trigo. El momento en que comprendemos que Dios permite que crezca la cizaña junto con el trigo captamos que no importa los miles de defectos que hay entre los caminos en los cuales puede haber cizaña o trigo, pero tenemos que estar seguros de que, al final, Dios separa lo bueno de lo malo.
El Señor conoce muy bien aquello que nos atormenta y aquello que no somos capaces de mejorar con nuestro propio esfuerzo. Cristo nos pide confiar en su misericordia para arrancar de nuestras vidas lo que no podemos seguir soportando y que no podemos arrancar solo por nuestros propios medios. Jesús nos pide hacer un acto de confianza humilde ante su presencia que todo lo cura, que todo lo puede y que sabe llegar hasta lo más íntimo de nuestros corazones. Dejemos que todos nuestros defectos, pecados y miserias sean arrancados de nuestra vida, así como el Señor quiere separar la cizaña del trigo.
«En esta parábola se puede leer una visión de la historia. Junto a Dios —el amo del campo— que esparce siempre y solo semilla buena, hay un adversario, que esparce la cizaña para obstaculizar el crecimiento del trigo. El amo actúa abiertamente, a la luz del sol, y su propósito es una buena cosecha; el otro, el adversario, sin embargo, aprovecha la oscuridad de la noche y obra por envidia, por hostilidad, para arruinar todo. El adversario tiene un nombre: es el diablo, el opositor de Dios por antonomasia. Su intención es obstaculizar la obra de salvación, para que el Reino de Dios sea obstaculizado por trabajadores injustos, sembradores de escándalos. De hecho, la buena semilla y la cizaña no representan el bien y el mal de forma abstracta, sino a nosotros los seres humanos, que podemos seguir a Dios o al diablo.»
(Angelus de S.S. Francisco, 19 de julio de 2020).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Señor, dame la gracia de realmente reconocer con tu ayuda mis miserias y, humildemente, pedir perdón por la cizaña que he dejado entrar en mi propia vida. Dame la gracia de cambiar mi corazón para tener uno más puro y poder ser fiel a tu amistad.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Voy a hacer una visita Eucaristía pidiéndole a Dios la gracia de arrancar la cizaña que hay en mi corazón.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.