Sábado 8 de abril de 2023 – Sábado Santo – «Jesús Resucitado sale al encuentro»
Michelle Gow, CRC
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
María, Madre de Jesús y Madre mía, prepara mi corazón para recibir la grandísima gracia de la Resurrección. Tú, que nunca perdiste la esperanza en la fidelidad de tu Hijo a sus promesas, ayúdame en mis momentos de duda y de desaliento.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 28, 1-10
En la madrugada del sábado, al alborear el primer día de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. Y de pronto tembló fuertemente la tierra, pues un ángel del Señor, bajando del cielo y acercándose, corrió la piedra y se sentó encima. Su aspecto era de relámpago y su vestido blanco como la nieve; los centinelas temblaron de miedo y quedaron como muertos. El ángel habló a las mujeres: «Vosotras no temáis, ya sé que buscáis a Jesús el crucificado. No está aquí: Ha resucitado, como había dicho. Venid a ver el sitio donde yacía e id aprisa a decir a sus discípulos: ‘Ha resucitado de entre los muertos y va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis’. Mirad, os lo he anunciado». Ellas se marcharon a toda prisa del sepulcro: impresionadas y llenas de alegría corrieron a anunciarlo a sus discípulos. De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «Alegraos». Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies. Jesús les dijo: «No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
No tengan miedo. El miedo viene del desaliento, de ver a las circunstancias de la vida separadas de Dios. A veces parece que Dios está ausente de nuestro mundo y de nuestras vidas. No lo encontramos. Es como si fuera sepultado de nuevo. Cuando no encontramos a Dios, ahí entra el miedo.
Dios nos envía un ángel con el gran mensaje de esperanza: “no tengan miedo… lo verán”. Dios sigue en este mundo. Hay muchos ángeles que pasan por las calles y me recuerdan que el miedo no tiene lugar en mi vida. Que Dios vino a salvarnos del miedo.Si nada más abrimos los ojos, lo veremos. Lo veremos en un bello atardecer, en la mano extendida de un extraño. Lo veremos en el necesitado y en el que de su generosidad me ayuda. Lo veremos en nuestra familia, amigos y también en los desconocidos. Pedimos la gracias de tener los ojos bien abiertos para ver a Dios, donde esté.
Las mujeres fueron las primeras testigos de la resurrección. En la época de Jesús, las mujeres no pudieron dar testimonio en el tribunal. Sin embargo, Jesús las eligió como las primeras testigos del evento más grande de toda la historia: la Resurrección. También somos llamados a ser testigos de la Resurrección. Somos llamados a ser testigos de la esperanza que nos da saber que, si Dios conquistó la muerte, Él puede contra todas las amenazas que nos acechan hoy.
Jesús les sale al encuentro. En nuestro camino, en nuestra misión nunca vamos solos. Jesús está siempre con nosotros. A veces no lo reconocemos como pasó con los discípulos de Emaús. Aunque no lo vemos ahí está. A veces sale de forma repentina, como pasó con estas mujeres en camino a cumplir su misión. En todo momento y de diferentes maneras, Jesús nos sale al encuentro.
Dejemos que hoy, como aquella mañana de hace dos mil años, la resurrección nos llene de asombro y alegría. Jesús ha resucitado ¡Aleluya!
«Con mucha frecuencia, miramos la vida y la realidad sin levantar los ojos del suelo; sólo enfocamos el hoy que pasa, sentimos desilusión por el futuro y nos encerramos en nuestras necesidades, nos acomodamos en la cárcel de la apatía, mientras seguimos lamentándonos y pensando que las cosas no cambiarán nunca. Y así permanecemos inmóviles ante la tumba de la resignación y del fatalismo, y sepultamos la alegría de vivir. Pero, sin embargo, esta noche el Señor quiere darnos unos ojos diferentes, encendidos por la esperanza de saber que el miedo, el dolor y la muerte no tendrán la última palabra sobre nosotros. Gracias a la Pascua de Jesús podemos dar el salto de la nada a la vida». (S.S. Francisco, Homilía del 16 de abril de 2022).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Acompañarme de la Santísima Virgen María esperando la Resurrección a través del rezo de un misterio del Rosario el día de hoy.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.